miércoles, 23 de enero de 2013

"Ya Mabud, Ya Mahmud."



Ya Mabud, Ya Mahmud
Shaykh Mohammad Nazim Al-Haqqani An-Naqshibendi,
Sohbat del 06 de enero del 2012. Lefke, Chipre.




Bismillahi r-Rahmani r-Rahim. Desafortunadamente, el mundo -también el mundo musulmán- olvidó el Bismillahi r-Rahmani r-Rahim.



Allah Todopoderoso, Jalla Jalaluhu, creó el Sagrado Cálamo. Por la Magnificencia de Su Mirada, la punta del Cálamo se abrió. El Cálamo preguntó: "¿Qué debo escribir, Oh Señor?". Él (swt) dijo: "Escribe Bismillahi r-Rahmani r-Rahim". Bismillahi r-Rahmani r-Rahim.



Oh Señor, no nos incluyas entre los que olvidan el Bismillah. Que seamos re-moldeados por el Bismillah, así nos adecentemos.


"¿Qué debo escribir, Oh Señor?". Cuando Allah Todopoderoso lo miró, Su Majestuosidad hizo que la punta del Cálamo se abriera. La Tinta salió. Él (swt) dijo: "Escribe Bismillahi r-Rahmani r-Rahim".


Que nos paremos con el Bismillah y nos sentemos con el Bismillah. Qué gran honor. Él (swt) dijo: "Escribe Bismillahi r-Rahmani r-Rahim". Por ende, "Kullu dhi amrin lam yabda'a bi Bismillah, fa huwa abtar". ¿No es un Hadiz? Cualquier acción que comience sin Bismillah, se corta. Es inútil. Ellos removieron el Bismillah, lo olvidaron. Allah Allah.


Luego, según algunas narraciones, pasaron 700 años para que el Sagrado Cálamo escribiera "Bismillahi r-Rahmani r-Rahim".


El Bismillah debe darse a conocer entre la gente. Pongan el Bismillah en sus puertas, hogares, oficinas, automóviles... ¡y no teman! Aunque el mundo se ponga del revés, esa persona no temerá. ¡Allah Allah! ¡Allahu Akbar! Qué bello. Por ende, déjenlos recitar el Bismillah al menos 40 veces; que lo reciten. Lo mejor es recitarlo 100 veces, ustedes lo saben. Así las bendiciones fluirán. La Misericordia lloverá, como cuando un río acelera su corriente.


Ellos escriben muchos libros sobre esto y aquello. Pero no conocen la esencia del asunto. "Kullu amrin lam yabda'a bi Bismillah, fa huwa abtar". Antes, todo libro comenzaba con Bismillahi r-Rahmani r-Rahim. No se pueden desglosar todos los milagros del Bismillah, aunque se escriban cientos de libros, Shaykh Mehmet Effendi, son infinitos.


Allahu Akbarul Akbar. Oh Señor, quieras Tú perdonarnos. Oh Señor, perdónanos. Oh Señor, envíanos Tus santos sievos, esos que nos enseñarán estas cosas. Estamos en el desconcierto. Tawba Ya Rabbi, Tawba Ya Rabbi.


Para esto llevaban a los niños a la maktab -escuela-, ante la presencia de un hoja -maestro- y de una gran multitud. Lo hacían como un ceremonial. Y el hoja primero enseñaba, "Oh hijo, di 'Bismillahi r-Rahmani r-Rahim', Rabbi Yassir wa la tuassir, Rabbi tammim Bil khair". Qué comienzo tan hermoso, qué maneras tan bellas. La Misericordia los bañaba. Ahora, estamos en una manifestación de Ira. Busco protección de ella, busco protección de ella, busco protección de ella, busco protección de ella. Oh Allah, Señor, envíanos un Maestro. Gente que pueda enseñar estas cosas, Shaykh Mehmet, maktabs. Estos otros pusieron por doquier, maktabs de concreto que llaman "escuelas".


Antes, nuestros maktabs eran así: todas las mezquitas del barrio reservaban una sala para que el maestro instruyera a los niños. Enseñaban "alif, ba", también el Sagrado Corán. Si alguno necesitaba otro tipo de educación, iba a las madrasas.


Todos los niños que asistían a estos maktabs conocían el Bismillah. No prescindían del Bismillah. Ahora la gente se cría sin el Bismillah. Y crecieron como tal. El que olvida el Bismillah es olvidado. No hay ni una sola gota de soporte celestial para ellos. Aunque los entierren en oro, se levantarán con sus manos vacías.


Ese Sultán (...). Antes, un hombre dijo, "Ya Ma'bud, Ya Mahmud", ¿sabes quién es? En muchas ocasiones, el Sultán rellenaba una gallina o un pato con oro y se lo daba a quien le llamara "Ya Mahmud" (nombre del Sultán). Se lo dieron a 2 hombres, ambos eran ciegos. El primer hombre lo examinó y dijo: "¿Qué es esto? Dame algunas monedas. Enviaron un pollo, pero yo no tengo hambre". El que llamaba "Ya Mahmud" le dijo así al otro hombre, que llamaba "Ya Ma'bud". El otro lo examinó y le cedió algunas monedas.


El Sultán volvió a enviar a sus hombres para saber qué de la vida de esos dos. Le informaron: "Uno sigue diciendo 'Ya Mabud', pero con amor. El otro sigue diciendo 'Ya Mahmud, Ya Mahmud, Ya Mahmud'" (con voz débil). Les enviaron más y otra vez, lo examinaron. "Oh amigo mío, otra vez recibimos algo. No sé si es un pollo o un pavo. Dame algunas monedas y toma lo demás". El otro lo tomó y lo examinó, dándose cuenta de que por dentro, estaba lleno.


El Sultán Mahmud volvió a preguntar qué de la vida de esos hombres. "Él aun sigue llamando 'Ya Mahmud'". Y dijo: "Tráiganlo a mi tesoro, le daré de mi tesoro". Entonces, al que llamaba "Ya Mahmud", le dieron una pala para que sacara lo que pudiera del tesoro y lo tomara para él. El pobre era ciego. Agarró la pala por el lado equivocado y cuando la hundió sólo sacó 2 monedas. ¡Vacío! Así es como está la gente de hoy. No llaman a Allah, no llaman a Allah. "Haremos negocios, estudiaremos, haremos esto y aquello". ¡Harán un desastre! Se acabó, se convirtieron en cero. La majestad de nuestros ancestros está perdida. El que aun llama a Mahmud... el que aun llama al dunya, llama a shaytán y continúa estando solo y sin nada.


Antes, la gente no estaba tan obsesionada con la educación. Uno iba a la maktab y aprendía. El que quería aprender más, iba a la madrasa. Pero ellos removieron las maktabs y madrasas. Hay nuevas escuelas por doquier. No pueden con los profesores. Al enorme gobierno no le queda dinero para pagar tantos profesores. Talvez hayan 100 000 profesores a la espera de su salario, pero en vano. Aunque les den todo, dirán que están hambrientos, porque el trabajo sin Bismillah no da resultados. Así son estos.


Nuestra religión, el Islam, es la más elevada. El Islam lo enseña todo, pero ellos no aprenden y por ende, no enseñan. Persiguen a shaytán, lo adoran y se olvidan de Allah. Por este motivo, nunca se libran de sus problemas y miserias.


Aunque todo el terreno turco fuera de oro, el atributo de pobres y méndigos les atañería, porque no dicen "Allah". Está bien, no lo digan.


Los grifos de la Misericordia están en los Cielos. Los grifos de la Misericordia y de la Bondad están en los Cielos, pero ellos los buscan en la Tierra. Buscan y buscan, ¿qué encontraron? ¡Aguas negras! Buscaron. ¿Hay alguien en las aguas negras? Sí Esos grandes, ¿cómo le llaman a eso que vive en las alcantarillas?


S. M: Ratones.



M. Ratones, eso encontraron; grandes ratones caminando por aguas inmundas. Dijeron: "Qué bonitos son, qué linda vida es esta. Todo está abierto, como nos gusta. Deberíamos merodear como ellos". Entonces se apresuraron a entrar, diciendo: "Oh Allah, aquí entraremos". No dijeron "Ya Allah", sólo lo ilustraba. "Entremos aquí. Los ratones se pasean por aquí felizmente, hagámoslo nosotros también". Así entraron y no pudieron salir de esa vida sucia y desabrida. Cayeron en la inmundicia. Qué vergüenza.




Allahu Akbar. Durante 40 años y por sí solo, el Sultan Abdul Hamid Han gobernó -sea el Paraíso su morada-. Todos tenían oro en los bolsillos, hijo. Los de ahora ni siquiera tienen papel en sus bolsillos. Allah, Jalla Jalaluhu (dijo): "Me abandonaste por tu ego. Te lo doy. Quien vive para Mí, es proveído de todo". Aman Ya Rabbi, Tawba Ya Rabbi, Tawba. Wa min Allah at-tawfiq, Al Fatiha.


Video Link: http://www.saltanat.org/Blog/tabid/271/PostID/670/The-Veil-to-Heaven-and-Hell-Cennet-ve-Cehennemin-Perdesi-tr.aspx

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