miércoles, 5 de septiembre de 2012

"Sean Amables con la Gente."




Sean Amables con la Gente
Shaykh Mohammad Nazim Al-Haqqani An-Naqshibendi.
 Sohbat del 22 de agosto del 2012. Lefke, Chipre.

Shaykh Mehmet Adil: As-Salamu Alaykum. Tariqatuna sohbah wa l-khayri fil jamia'. 
Hablando dulce y amablemente en los sohbats, se gana el corazón de la gente. Cuando tratan y  hablan con las personas bondadosa y amablemente, ganan sus corazones. Si hablan para emitir  una orden, hay una forma que podría resultar peor que una golpiza, u otra forma en la que no  podrían responderle "No". Si hablan cordial y dulcemente, nadie podría negárseles ni rechazarlos. Pero de la otra forma, piensan: "¿Por qué habría de molestarme? Este hombre es  muy tosco y pesado". Incluso si lo que dicen es un buen consejo, la gente no lo acepta. 
Había un hombre... él era muy gentil, de suaves maneras y hablaba cortésmente con la gente. 
También tenía un bello rostro que irradiaba luz. Todos lo amaban. Y encima de todo esto, él era  vendedor de miel. Donde quiera que iba, lo vendía todo rápidamente. La gente se apresuraba por  su miel. 
Un hombre envidioso notó esto. Este hombre era todo lo opuesto: grosero y tosco. Su rostro era  tan agrio como el vinagre. Él dijo: "Podría incursionar en este negocio y hacer tanto dinero como él. El negocio de la miel es bueno". Así, lo empezó. Compró miel de buena calidad, no mala.  Anduvo mañanas y tardes por todas las ciudades, pueblos y distritos. Nadie le compró. Él regresó  de noche a su casa y le contó a su esposa sobre la situación. Ella dijo: "Quien te mira al rostro no  nota la miel; aunque tengas la mejor miel, huirán de ti". 
Así hay gente que, aunque dé los mejores consejos, aleja a los demás. Los demás quisieran ser su  opuesto, debido a su descortesía. 
Hablar y tratar con la gente amablemente, es una protección para todo. No deja que ni siquiera  una espada filosa los lastime. 
Sobre esto hay muchos ejemplos e historias en los libros, y se leen en los sohbats. Todo se explica con historias. Había un Príncipe en el  estado de Turkestán. El estado era rico y él también. A él le rodeaban malos amigos. Bebía durante el día y la noche. Finamlmente, se  descontroló tanto que un día no pudo parar de beber. Con la jarra de vino en sus manos, fue a la  mezquita del lugar. Obviamente, nadie osaba detenerlo. Al que dijera algo, le cortarían la cabeza.  Nadie podía decir nada.   
  Él entró a la mezquita y allí vio al  Shaykh. Le dijo al  Shaykh: "Salam Alaykum". "Wa alaykum salam", contestó el Shaykh. "Que Allah prolongue tu gozo y felicidad para siempre. ¡Qué bello!", le dijo el Shaykh. "En el Día del Juicio, insha'Allah, también estarás así de feliz", añadió.  Los pueblerinos no podían decir nada. Refunfuñaron un poco y le dijeron al Sh: "¿Qué tipo de  súplica fue ésa? El hombre estaba borracho como una cuba y se presentó así en la mezquita. Tras  tal desvergüenza, ¿cómo puede usted suplicar así por él?".  Él dijo... generalmente, los Sheijs no explican la sabiduría de sus acciones, ésa vez sí. Él dijo: 
"Mi súplica por él se debe a que no puede haber felicidad en tal desgracia. Que pueda alcanzar la  felicidad real, salvarse de esa adicción, venir a la mezquita, tener un buen Akhirah y ser de la gente del Paraíso. Él puede obtener dicha felicidad. Ésa fue mi súplica". 
El Príncipe escuchó esas palabras y en ese momento despertó. Regresó a la mezquita y besó la  mano del Shaykh. Desde luego que recibió guía. El milagro de la súplica del Shaykh se manifestó,  con palabras dulces. Si hubiese hablado de otra manera, le hubieran cortado la cabeza o insultado. (El Príncipe) se hubiese ido. Pero cuando escuchó y recibió guía, volvió a su casa. Allí  encontró a sus malos amigos. Todos estaban bebiendo y ebrios, charlando. Inmediatamente, él  ordenó que rompieran todas las jarras de vino, raki y todo lo que había. Rompieron todos los  potes con bebida. 
Él recibió la guía. Su padre, el Sultán, dijo: "¡Ya-hu!, ¿quién obró ese milagro?". Le dijeron que había sido el Shaykh. Su padre luchó con él durante años. "No pude disciplinarlo ni guiarlo, pero con una sóla palabra amable...". Las malas características que tenía desaparecieron y disciplinó a  sus amigos. 
Por una sóla palabra amable, ese tipo de cosas suceden. Sin embargo, eso no es fácil para el Hombre, porque hablar con amabilidad es también hablar con sabiduría. "Qawlun Ma'rufun Wa Maghfiratun Khayrun Min Sadaqatin" (2:263). Esto también se menciona en el Corán: Una palabra cariñosa vale más que una limosna seguida de agravio. 
Hoy hablamos sobre el trato amable y cortés con las personas. Es un  adab del Islam y de la Tariqa. Para la Tariqa y el Islam, es un buen comportamiento el tratar bien a las personas. 
No sean rudos y malos con la gente. Incluso Allah (awj) le habla en un Verso al Profeta (saws): 
"Si hubieras sido áspero y duro de corazón, se habrían escapado de ti" (3:159). Esta también es  una prueba para hablar amablemente con la gente.   

Hay personas que cuando emiten una orden, aunque sea muy buena, lo hacen como si estuvieran  golpeando la cabeza de la persona con un palo. No hagan esto. Aun si dijeran lo mejor, la gente  no quedaría feliz y haría lo contrario. 
Hay muchas historias sobre esto. Una de las historias es de un hombre muy gentil, que hablaba  amablemente con los demás. La gente estaba feliz con él. Él era apuesto y vendía la mejor miel.  Cuando iba a vender su miel, la gente acudía a él y se la compraba. Así sucedía en todos los  lugares.  Una de esas personas sintió envidia. Era un hombre de mal temperamento y mal hablado. Él  observó y dijo: "La miel deja mucho dinero. Este hombre la vende, yo también puedo venderla".  El compró muy buena miel, no una mala miel. Entonces viajó de pueblo en pueblo, de ciudad en  ciudad. Desde la mañana hasta la tarde, no pudo vender nada. Él regresó a su casa muy enfadado,  y le gritó a su esposa: "¿Por qué nadie me compró miel tras haberlo intentado todo el día?". La  esposa le dijo: "Tu cara es muy agria -como el pepinillo-, por eso la gente te teme y se aleja de  ti". Sin embargo, él estaba vendiendo la mejor miel. Lo mismo sucede cuando le dicen algo  bueno a la gente, deben decirlo de modo que la gente se sienta feliz.  Aparte, hay otra historia. Había un Sultán que tenía un hijo, el Príncipe. El Príncipe era muy  sinvergüenza. Malos amigos, mala conducta, bebía, se portaba mal todos los días. Un día, hizo lo  peor. Hizo una fiesta en su palacio y bebió tanto, se emborrachó tanto que agarró la botella de  vino y fue a la mezquita. 
En la mezquita había un  Shaykh. El  Shaykh lo vio así de borracho. Dijo: "As-Salamu Alaykum, ¿cómo está usted?". El  Shaykh dijo:  "Alhamdulillah, estamos bien". "¿Qué dice de mí?", le preguntó el Príncipe al Shaykh. El Shaykh contestó: "Estás feliz. Que Allah te mantenga así de feliz  durante toda tu vida. Que en el Día del Juicio también estés así de feliz". Nadie podía contradecir a  este Príncipe. Tenía tan mal carácter como para matar al que le preguntara por qué estaba borracho y entraba así a la mezquita. Nadie podía hacer esto ni decirle  nada. Entonces la gente se disgustó con el Shaykh y dijo: "¿Cómo le dice esto a ese borracho que  vino a la mezquita?". 
Normalmente, hay sabiduría detrás de lo que los Shaykhs dicen. Ustedes le oirán decir algo que les  sorprenderá, que no lo consideran bueno. 
Él dijo: "Lo explicaré para ustedes. Le dije que fuera así de feliz. Él está muy feliz,  borracho. Ahora, está feliz. Luego, despertará y no estará feliz. Pero cuando se emborrache de Amor por  Allah, será feliz para siempre. Por su Amor por Allah, él será feliz el Día de la Resurrección".   
  
El Príncipe escuchó eso y por la súplica del  Shaykh, Allah le concedió guía. Él se sorprendió: 
"¿Qué estoy haciendo? Estoy en el camino errado. El Camino Recto es lo que el Shaykh dijo". Luego, volvió a su palacio, rompió todas las botellas y jarras de vino e hizo que sus amigos no llevarán más. Como ellos le temían, no podían beber ni una gota si él no se los pedía. Su padre estaba muy contento y asombrado. "Muchos años traté que muchos eruditos lo condujeran al Camino Recto, pero él no lo tomaba. A partir de una palabra cortés, él se transformó en esto". La mayoría de los Shaykhs practican esto. Son muy gentiles y corteses, muy tolerantes con todos.  Es difícil. La mayor parte de nosotros no logra hacerlo, pero es bueno intentar, insha'Allah. 
Wa min Allah at-tawfiq, Al Fatiha. 

Video Link: http://saltanat.org/videopage.php?id=4928&name=2012-08-

22_tr_BeNiceWithPeople.mp4

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