domingo, 15 de junio de 2014

"Dar."



Dar
Sohbat de Shaykh Mohammad Nazim Adil Al-Haqqani An-Naqshibendi.
 Mayo del 1998.



En el Día del Juicio, está concedido a los mártires de este mundo -dice Mawlana Sheikh- estar ante Allah Todopoderoso, donde les cederán 1,000 personas a su derecha, 1,000 a su izquierda, 1,000 al frente, 1,000 detrás y 1,000 por encima. Se les concede interceder por 7,000 personas. Habrá madad (soporte) según lo que el siervo pida. Y esta cuestión no es de números, sino de madad (soporte). Quien busca soporte, obtiene y gana bendiciones eternas. Quien pide números recibirá la cantidad requerida hasta que abandone este mundo y luego, junto al mismo, se vuelve nada.



Los Profetas -que la paz esté con ellos- vivieron por la Causa de Allah, en el Camino de Allah. Vivieron por Allah y en Su Camino. Sus muertes también estuvieron en el Camino de Allah. Fueron los más afortunados. Por dar todo lo que tenían, lo obtuvieron todo.



Si das una gota, no esperes recibir un océano. No. ¿Qué es eso? ¿Acaso es según sus caprichos? Malas maneras... ¿Das 1,000 liras si quieres comprar un carro? Ahora, la gente quiere comprar un carro con el billete de 1,000 liras. ¿Das 1,000 liras y esperas tener el carro completo? No. Trae 100,000 y llévatelo completo. Recibirás lo que das. Sin embargo, nuestro Señor Todopoderoso lo multiplica. Él te lo da multiplicado. Así mismo multiplica lo que dio quien lo dio todo. A quien se le multiplica esto es quien gana.



Quien da todo lo que es preciado y valioso es quien gana. Ese siervo es concedido en el Día del Juicio. Los ángeles tienen la orden de traer ante el siervo lo que gastó en nombre de Allah y lo que gastó para sí mismo. Lo que dan por Allah: zapatos raídos, ropa llena de hoyos y comida rancia. De sus carros, Hajji Effendi conduce el Mercedes. "¡Dale un carro a Jamaluddin!" y de prisa, trae un carro viejo. Él presenta el carro viejo y la ropa usada como azaque, da lo más viejo y lo que ya no funciona. En resumen, aquello que no tiene valor para él y que ya no le importa, es lo que él da en nombre de Allah. Pero para su propio disfrute: O-o-ohhh, o-o-ohhh... ¿Para quién es eso? ¿Es para Allah o para sí mismo? ¿Cómo puede ser para Allah, si es basura? Todo lo bueno se lo queda para sí mismo.



Lo más preciado debe ser para Allah. Yo -que Allah me proteja del egoísmo- soy un siervo débil. Cuando alguien me presenta algo, se complace en darme lo que a mí me complace y me hace feliz. Dicen: "Démosle al Shaykh lo que lo hace feliz". ¿Cómo sería para Allah? Para Él, ¡lo más preciado!



"Laqad ja'akum rasulun min anfasikum" (9:128). Una lee "min anfusikum" y la otra "min anfasikum". El preferido es "anfasikum", que significa "de entre los más preciados de ustedes", mientras que "min anfusikum" significa "de entre ustedes". Nadie puede alcanzar el valor del Profeta -oraciones y paz sean con él-; ninguna otra criatura, claro está. Si bien él es "de entre ustedes", tornó a ser "anfasikum", el mejor de ustedes. La lectura preferida es "anfas", pero la mejor es "ahsan": el más preciado de los que fueron enviados a nosotros. Él debe ser considerado con las máximas apreciaciones.



El deber del siervo cuando da por causa de Allah, es que debe dar lo mejor, lo más fino, lo más querido y preciado que tiene. Ese día, el siervo se avergonzará cuando le digan: "¿Esto es para ti y esto para tu Señor? ¿No te avergüenzas, Oh siervo? ¿No te abochornas? ¿Qué bien te rinde esto ahora? ¿Por qué no le presentaste esto a tu Señor y lo otro, a ti mismo?". Esta es una lección para quien desea progresar y acercarse a Allah. Este es un derecho, el derecho de Allah: a Él le corresponde lo mejor. A cambio de lo que Le das, Él te premia sin límites con lo que sobrepasa tu imaginación, si Le presentas lo más valioso.



Una instrucción para nosotros: ¡Gasten sus esfuerzos por su Señor! Esta es la mejor enseñanza. Gasten sus esfuerzos por su Señor y él los recompensará con lo mejor, con aquello que no pueden imaginar ni remotamente.



Un hombre salió de su casa por la mañana y llevó consigo lo que necesitaba para trabajar: pala, pico y colín. Se sentó en el pavimento junto al Sinan Pasha (una mezquita). Esperó y esperó, pero nadie se le acercó a ofrecerle trabajo. Allí sentado, estuvo desde el amanecer hasta el atardecer. Hizo las 5 oraciones y se sentó a hacer zikr y a agradecer. Luego, se marchó a casa. Su esposa le preguntó: "Oh esposo, ¿qué nos trajiste hoy?". Él dijo: "Oh esposa, hoy trabajé, pero mi capataz no me pagó el jornal". Y agregó: "Mañana él me pagará, seamos pacientes". Él buscó alrededor, pero no halló comida.



El segundo día fue como el primero. Salió, se sentó a esperar por alguien, pero nadie pidió emplearlo. Entonces, él pensó: "Haré mi ablución y entraré". En el maghrib (ocaso), regresó a casa. Su esposa le preguntó: "Oh esposo, ¿cómo te fue hoy?". Y él le dijo: "Hoy trabajé para el mismo empleador, pero él retrasó mi pago y de Allah Todopoderoso es el juicio".



El tercer día fue igual: salió a buscar trabajo, pero no le fue bien. Una vez más, entró a la mezquita, donde se quedó hasta el ocaso. Cuando volvió al hogar, colgó su bolso detrás de la puerta. Su esposa se apresuró hacia él con buenas noticias. Cuando él llegó, encontró su casa repleta de todo tipo de alimento. Y ella le dijo: "Oh esposo, ¡Subhan'Allah! ¿Qué tipo de trabajo hiciste? Él te contrató por 2 días, pero envió tu salario al tercero. Hoy, mientras esperaba tu regreso, alguien tocó la puerta. Me asomé y vi que tenía apariencia de siervo. Me pasó un bolso que contenía un plato y cuando lo tomé, sentí que pesaba mucho. Lo abrí y pude observar que estaba lleno de oro. Entonces él me dijo: «Quien empleó a tu esposo por 2 días, le envió esto». Rápidamente, tomé una moneda de oro y me apresuré al mercado. Y ellos cargaron 2 mulas para traer a casa toda esta variedad de alimentos. Una sola moneda de oro... dijeron que no era del oro común, sino del de 24 carat. Por eso, cargaron 2 mulas y yo las traje de vuelta a casa. Alabado sea Allah, el Todopoderoso, el Sublime".



El hombre se sintió avergonzado. Quitó su bolso de la puerta, el cual había llenado de arena y secretamente, quiso tirarlo hacia afuera. Cuando extendió sus manos para tomarlo, no pudo moverlo de su lugar: estaba muy pesado. Cuando él lo abrió, notó que Allah había convertido toda la arena en oro. Sintió vergüenza y trató de arrojarlo. Subhan'Allah, el Todopoderoso. Su esposa preguntó: "¿Quién es tu empleador, Oh esposo?". Y él dijo: "Esta es mi historia: es Allah. Él prueba a Sus siervos y luego los suple".



Ahora, tú, tal como a mí me dijeron, debes dar de tus riquezas diariamente, o de las riquezas de otras personas de allí, de la Sinaniyye (mezquita). Yo solía dar pasado el zuhr (ocaso), a algunas personas allí sentadas y sin trabajo. Cuando veas a esa gente humilde, dales discretamente al menos 50 liras sirias. ¿Entiendes? Pregúntales con discreción: "¿Hallaste trabajo hoy?". Si te dice que no, dile: "Acepta esto, mañana te emplearé. Tómalo y vete. Mañana, insha'Allah, te emplearé". Así él no se sentirá avergonzado.



Ellos se sentaban allí, sin comer, hasta el 'asr (media tarde). El corazón me dolía. Ellos se sentaban allí. Yo iba después del 'asr. Sus mujeres se sentaban cerca.



Luego, apareció su líder detrás de mí: uno de los Abdal de Sham. Él me ordenó lo siguiente y dijo que quería contarme esta historia. "Ahora, esta responsabilidad será tuya: fuiste designado. A partir de mañana, la misericordia descenderá sobre Sham. Debes buscar en los callejones a los oprimidos, a los que están privados de sus derechos". ¿Lo entiendes? Tú también. Cada día debes dar alguna cantidad a todos los que se te acerquen. Si hay inspiración en sus corazones, ellos te darán algo para que lo distribuyas. Especialmente a esa gente pobre que se sienta allí de la mañana al atardecer. Quizás ellos no tengan ni un centavo en sus bolsillos para comprar una hogaza de pan. Ellos quieren regresar a sus casas, son gente necesitada, son pobres. Esto servirá a que las puertas de la misericordia se abran para el pueblo de Sham.



Allah Allah, Allah Allah, Allah Allah, Aziz Allah. Allah Allah, Allah Allah, Allah Allah, Karim Allah. Allah Allah, Allah Allah, Allah Allah, Subhan Allah. Allah Allah, Allah Allah, Allah Allah, Sultan Allah. Tú eres el Sultán Absoluto. Ten piedad de nuestra debilidad, perdona nuestras faltas con Tu Misericordia, Oh Allah. "Conduce nuestros asuntos correctamente" (18:10). Al-Fatiha.



Enlace al vídeo: http://saltanat.org/videopage.php?id=11090&name=1998-05-00_ar_Give_SN_a.mp4


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