martes, 23 de junio de 2015

"El hombre sin sajda."


El hombre sin sajda
Sheij Muhammad Nazim Al-Haqqani An-Naqshbandi.
 Sohbat del 10 de febrero del 1989.



Nuestro Gransheij Sultan-ul Awliya (Sultán de Santos) contó esta historia:




El Profeta Moisés iba cruzando algún lugar, y se detuvo en un pueblo. En las afueras del pueblo, vio un manantial vivo. El pueblo era todo verde, con un bello resplandor, y tupido de árboles, frutas y casas. La gente era sonriente, porque cuando el sol de la fe brilla en el corazón, este ilumina el rostro.




Cuando el corazón está oscuro, el rostro también está oscuro. Cuando el rostro está oscuro... Algunas personas de piel oscura tienen rostros brillantes. Está el maquillaje. No miren el maquillaje: pone sus rostros blancos, pero son oscuros. Hay mucha gente de piel blanca con rostros oscuros, y mucha de piel tan negra como el ébano con rostros brillantes. El brillo no tiene que ver con la blancura, sino con la fe del corazón. Hay mucha gente de rostro brillante entre los de color, y mucha de rostro oscuro entre los blancos.




Él contó que personas de rostro iluminado hospedaron al Profeta Moisés. Él conversó con ellos y siguió su camino. Tiempo después, él regresó a ese lugar. Fue y vio que el manantial se había secado y los árboles se habían enfermado y muerto. Las casas estaban vacías, y sus vigas rotas. El pueblo estaba destruido, y toda su gente se había tornado oscura.




Él dijo: "Oh Señor, Tú sabes qué sabiduría que hay en esto. Yo no sé qué le pasó a todas estas personas, que eran tan devotas en sus adoraciones y de rostro iluminado. ¿Cómo un pueblo de jardines y manantiales, tan feliz, se tornó así de repente?". Y Allah dijo: "No fue de repente, Moisés. Un día, después que te fuiste, un hombre que no ora pasó por este lugar. Un hombre que no ora pasó por este lugar, bebió del manantial, se lavó el rostro y las manos, y su desdicha secó el manantial. Como esos siervos dejaron que él se quedara, sus jardines de árboles se secaron tras el manantial. Yo lo sequé, porque un siervo que no se postra ante Mí bebió de él. Y porque ellos dejaron pasar a ese siervo sin sajda, lo hospedaron y lo aceptaron, yo los esparcí alrededor y sequé sus jardines. Acabé con ellos, porque un siervo que nunca ora pasó". Aman Ya Rabbi.




Esa era la situación de las naciones pasadas. Janab Allah inundó a miles de personas a causa de un hombre - a causa de la rebelión del desobediente. Por el honor de Su Amado, si aparece un hombre recto entre miles de desobedientes, Janab Allah cubre la rebelión de esos miles. Ese es el Profeta de la Misericordia, nuestro Profeta, alaihi salatu wa salam. De lo contrario, cada uno de nosotros causaría el hundimiento de una nación. Cada uno de nosotros tiene pecados tales que, si solo uno apareciera entre naciones rectas, las destruirían como ese hombre destruyó ese pueblo. Aman Ya Rabbi.




¡Cuánta rebeldía hay! Rebeldías que no podemos imaginar; raras y extrañas. Hay 800 cosas prohibidas en la religión. Nuestro Sheij Sultan-ul Awliya solía decir que cuando el dajjal aparezca no habrá mal camino, maldad o pecado nuevo que enseñar a la gente. Antes de que él aparezca, los habrán agotado todos. Cuando el gran dajjal venga, no habrá pecado que él pueda enseñar, porque la gente ya habrá incurrido en todos. No pueden imaginar qué: son cosas que no caben en sus mentes.




Allah, Aman Ya Rabbi, no nos abandones a nuestros egos. Cuando el ego se junta con shaitán, no hay mal que no puedan inventar. Entonces, no dejen que sus egos se junten con shaitán. Alabado sea Allah, que nunca se aparta. Si Él se aparta, el mal nace de inmediato. Así como cuando un hombre se acuesta con una mujer, cuando el ego se junta con shaitán, nace instantáneamente algún mal, pecado o forma de rebelión.






Enlace al vídeo:
The Man with No Sajda - Secdesiz Adam - الرجل الذي لا يسجد

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