lunes, 9 de abril de 2012

"Recuerden lo Bueno."


Shaykh Mohammad Nazim Al-Haqqani An-Naqshibendi.
 Sohbat del 03 de abril del 2012.
 
Shaykh Mehmet Effendi: Audhu Billahi min al shaytan al rayim, Bismillahi r-Rahmani r-Rahim. Assalatu wa salamu ala Rasoulina Muhammad Sayyidi al Awwalin wa'l Akhirin Madad ya Rasoul Allah, Madad Ya S. Abdullah Faiz Daghestani,  Madad Ya S. Muhammad Nazim al Haqqani, ¡Dastur!
 
Tariqatuna sohbah wa al  khayri fil jamia'. Nuestro camino es de asociación y la bendición está en la reunión.  Que lo que digamos sea beneficioso para ustedes y para nosotros, Insha'Allah. La naturaleza del hombre se inclina más hacia el mal. En consecuencia, el Islam es un medio para disciplinarlo, para guiarlo por el Camino Recto, pero esto aún no es suficiente para el hombre. Si se le deja solo se hace esclavo de su ego, de shaytán y de quienes lo rodean. Cuando uno sigue una Tariqa y un guía, la diciplina es más perfecta. El guía corrige sus deficiencias. Siempre les recuerda cuáles son sus debilidades en los sohbats y en el wird. Insha'Allah hoy hablaremos de eso: No olvidar lo bueno.
 
Este es el grandioso carácter de los santos. Si un hombre les hizo un favor hace 40 años, nunca lo olvidan diciendo: "Este hombre nos hizo un favor". Aún si hizo muchas cosas malas después a Mawlana no le importa. Él considera ese favor como una deuda para sí mismo. A mucha gente le falta esto. Aunque le hayas dado el mundo entero, cuando ven la mínima falta en ti, empiezan a hablar de ello, diciendo: "él es así y de tal forma..."  Olvidan lo bueno y recuerdan lo malo. Esta verdad no sólo aplica a la gente entre sí, incluso con Allah son así.
 
Hoy leímos un Hádiz que describe esta actitud muy bien. Nuestro Profeta (saws) cuenta en ese  Hádiz, sobre 3 hombres del tiempo de los Hijos de Israel. Uno de ellos sufría de vitiligo. Es una enfermedad que se manifiesta con manchas blancas en la piel. La gente se disgusta al ver a los  que la padecen. Otro de ellos era calvo. Antes la calvicie no era común, así que la gente también se disgustaba al verlo. Y el otro era ciego. Los 3 vivieron en los tiempos de los Hijos de Israel. Allah (swt) les envió un ángel para probarlos. El ángel visitó al que tenía vitiligo y le preguntó: "¿Qué quieres?". Y él dijo: "Yo tengo un sólo deseo. Quiero ser curado de esta terrible enfermedad. Le desagrado a la gente, huyen de mí. Quiero que mi color de piel sea tan hermoso como antes. Eso bastaría para mí". El ángel dijo: "De acuerdo" y  rezó por eso. Entonces le preguntó  "¿Qué animal te gusta?" Desde luego, antes no había  automóviles. Sólo había caballos, burros y camellos. Él dijo: "Me gusta el camello".  Y el ángel le dijo: "Toma este  camello. Que Allah lo bendiga para ti". Luego, el ángel se dirigió al hombre calvo y le preguntó lo mismo. Él también  contestó: "La gente está disgustada conmigo, no se me acercan. Quiero que crezca el pelo en mi cabeza". El ángel asintió y oró por eso. El pelo volvió a nacerle. El ángel le preguntó: "¿Qué animal quieres?" Él contestó: "Me gusta el ganado". Así que el ángel le dió una vaca  preñada y oró  "Que Allah la bendiga para ti". Finalmente, el ángel visitó al ciego y le preguntó: "¿Qué quieres?" "Quiero que mis ojos abran, para ver la gente y el mundo. Eso me basta. No quiero nada más". El ángel rezó y se le abrieron los ojos. "¿Qué animal te gusta?".  El hombre contestó: "La oveja". "Toma esta oveja, que Allah la bendiga para ti".
 
Ciertamente, por Sabiduría de Allah se les concedió tales milagros.  Ellos pidieron una sóla cosa. Ninguno pidió la oveja o la vaca. Sólo pedían ser salvados de su condición. Eso valía más que el mundo entero para ellos. Con la Sabiduría de Allah, todo el valle se llenó de camellos venidos  de ése camello. El otro tuvo un valle repleto de ganado. Y la barakah de aquella oveja fue tanta, que también llenó el valle  de ovejas. La Sabiduría de Allah aleccionó a la gente con esto, los mostró como ejemplos.
 
Esta vez, el ángel regresó con una fea apariencia. Lucía como el hombre que tuvo vitiligo, incluso peor. Visitó al primer hombre diciendo: "Soy pobre, estoy enfermo y no hay quien cuide de mí. Regálame un camello para continuar mi viaje". Él respondió: "No, tengo deudas que  pagar, la gente tiene derecho sobre esos camellos. No puedo dártelo." El ángel dijo: "Tú has pasado por mi situación antes. Te conozco, eras como yo. Y Allah te concedió todo esto".  Él dijo: "No es como crees. Todo esto, lo heredé de mi padre". Así es el ego de los hombres. Antes  le bastaba con ser curado de la piel. En su nueva situación, olvidó todo. El ángel dijo: "Si has mentido, que Allah te devuelva a tu vieja situación, insha'Allah". Luego visitó al que fue calvo, obtuvo la misma respuesta: "Heredé esto de  mi padre" y lo dejó ir. El tercer hombre... Cuando el ángel volvió a visitarlos, se mostró como cada uno de ellos fue antes: ante el calvo como calvo, ante el ciego como ciego. Visitó al que era ciego y dijo: "Soy pobre, no tengo nada. Deme  algunas ovejas a vender". Él le dijo: "Algunas no. Tome tantas ovejas guste y deje el resto. Antes yo fui ciego como usted. Allah me curó, abrió mis ojos y me concedió todas estas bendiciones".  Allah ya había revocado Su Ira sobre los primeros dos y quedó complacido con éste último.
 
Así es como el Hadiz de nuestro Profeta  (saws) nos enseña que la gente olvida lo bueno. Olvidan también  su vieja situación con insensatez. Cuando eso sucede, pierden sus bendiciones, pierden lo que tienen  entre manos y reciben algo mucho peor. Entonces Allah no es injusto con ninguno. La mayoría de la gente está en esa situación. También en el Sagrado Corán hay  muchos versos que lo explican. Algunos llaman a Allah cuando están a punto de ahogarse. Y después de salvos, lo olvidan. Por eso, quien sigue la Tariqa siempre  dice "Allahu nadhiri, Allahu hadhiri", que significa "Allah está siempre conmigo, Allah siempre me mira" y que siempre estamos en Su Presencia.
 
Este es un punto clave de la Tariqa: No olviden lo bueno y oculten lo malo. Aunque vean algo malo, es mejor ocultarlo. Hoy hablaré sobre  el ver las cosas buenas. En el Islam hay... El Islam hace que la gente se  comporte bien, que tenga modales. Pero algunas veces, estar sólo en el  Islam no es suficiente para la gente. Entonces, para elevar su posición, para deshacerse de su ego y de su mal carácter, deben estar en Tariqa. La Tariqa entrena a la gente en el buen carácter.
 
Hoy hablamos sobre recordar todo lo bueno que han hecho por ustedes. Mucha gente olvida los buenos gestos que los demás le propician. Pero los Awliya', especialmente mashayikh, no lo olvidan. A veces Shaykh Effendi dice: "Ese hombre me hizo un favor". A lo mejor fue hace 20 ó 30 años atrás. Pero él no olvida en lo absoluto. Olvida cuando alguien le hizo el mal, pero no cuando le hizo el bien. Sin embargo, la gente normalmente olvida. Incluso si antes le propiciaron  un bien. Cuando le propician un mal, sólo recuerdan el mal y nada bueno.
 
En relación a esto, hoy leí un Hádiz del Profeta (saws). Trataba de gente con esa particularidad. Él (saws) dice: En los tiempos de Banu Israel, hace quizá 3 000 años, el carácter de las personas era muy parecido. Allí había 3 personas enfermas. Uno tenía la piel afectada por el vitiligo, con manchas blancas. La gente se disgustaba al verlo. El otro era calvo. En ese tiempo la calvicie no era común, entonces para la gente también era desagradable verlo. Y había otro que era ciego. Entonces Allah (swt) les envió un ángel. El ángel visitó primero al que sufría de la piel y le preguntó "¿Qué quieres?" Y él  dijo: "Quiero que mi piel esté sana y bella. No quiero nada más". El ángel asintió y oró hasta que su piel quedó limpia y sana. También le preguntó: "¿Qué animal te  gusta?" y él respondió: "El camello". Le dió un camello y le dió barakah  -bendición-. Barakah significa hacer algo aún más próspero. Sin barakah nada crece, lo bueno se pierde. Luego el ángel visitó al calvo y le dijo: "¿Qué quieres?" Y él replicó: "Quiero tener pelo en la cabeza y eso me basta". El ángel lo aprobó, oró y el hombre tuvo un pelo hermoso. Luego dijo: "¿Qué animal te gusta?". "Me gusta la vaca". Entonces el ángel le concedió una vaca. Y cuando visitó al tercero que era ciego le preguntó: "¿Qué quieres?". Él dijo: "Quiero ver el mundo y la gente, porque nunca he visto. Eso es suficiente para mí". El ángel oró y los ojos se le abrieron. El hombre pudo ver. Y el ángel intervino: "¿Qué animal te gusta?". El hombre dijo: "La oveja". Y tuvo su oveja. El ángel oró y le dió barakah. Cada animal llenó un valle, primero de camellos. El segundo, un valle de vacas y el tercero, de ovejas. O sea, de miles y miles de ovejas. Todos quedaron felices. Luego de que esto sucediera, lo que necesitó de algunos 5 ó 6 años quizás, con barakah 5 años serían suficientes. Sólo con barakah es posible que una vaca logre esto tan rápido. En 5 años, ellos olvidaron. Entonces les llegó el tiempo de prueba.
 
El ángel regresó, esta vez con la apariencia de un hombre afectado de la piel, feo y repugnante. Visitó primero al que estuvo en esa posición, pidiendo: "Soy un hombre pobre y enfermo. Tengo  que viajar pero no tengo con qué. ¿Podrías darme un camello para ir en él? Ese hombre contestó mintiendo, dijo: "A muchos le debo y tienen derecho sobre mí. No puedo darte nada". El ángel le dijo: "Yo te recuerdo, tú eras igual que yo. Esto te lo concedió Allah. Entonces debes darme". Mintiendo aún más, el hombre dijo: "No, esto lo heredé de mi padre y de mi abuelo. Esto no podría suceder en sólo 5 ó 6 años. Esto no viene de Allah. Vete de aquí". El ángel dijo entonces: "Si estás  mintiendo, que Allah te condene peor que antes". Así que se presentó ante el otro  hombre, tal como era antes de ser rico y con pelo. Tomó apariencia de calvo y le dijo "Necesito viajar...", como abordó al primero. El hombre le respondió igual: "Esto viene de mi padre, de mi abuelo, nadie me lo regaló". El ángel le contestó igual: "Si estás mintiendo, estarás  peor que antes". Por último, visitó al que era ciego y le dijo: "Necesito viajar y no tengo nada, si usted me diera..." Este hombre le dijo: "Vaya, tome cuanto  quiera, y deje el resto. Esto es de Allah, es un regalo de Allah. Yo era ciego como usted y no tenía nada. Allah me abrió los ojos y me dió esta barakah". Así fue como el ángel oró por 2 que no recordaron la bondad y Allah los puso en una situación peor que la de antes, dado que todo está en Sus manos. Y con el tercero, Allah quedó muy complacido.
 
He aquí un muy buen ejemplo.  Esto es realmente así. Si la gente halla algo malo,  desacredita el resto como malo. No recuerda en lo absoluto. Si su ego los monta, olvidan la bondad. Sólo recuerdan lo malo. Por ese motivo la Tariqa nos entrena a controlar el ego, a recordar lo bueno y olvidar lo malo. Esto conlleva una gran irada -fuerza de voluntad-. Quien tenga poca fuerza de  voluntad no podrá lograrlo. La fuerza de voluntad se hace importante aquí, dado que es con lo que deben hacerse fuertes. Si no son más fuertes que su ego, entonces cederán ante su ego. Que Allah no nos haga ser así.
 
Wa min Allah at-tawfiq, Al Fatiha.

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