martes, 31 de julio de 2012

"Imam Al-Qushayri."


Imam Al-Qushayri
Hajja Anna Adil, sohbat publicado el 10 de Ramadán del 1433.

Le invitamos a pasar un Ramadán junto a la fragancia de Hajja Anna Adil (qas). Todos los días de este sagrado mes y durante los tres días del Eid al-Adha, publicaremos un nuevo sohbat de ella. El día del aniversario de su fallecimiento, la colección completa se ofrecerá como un libro. Que Allah (swt) nos mantenga en su santa compañía para siempre. 

Una vez, Khidr (as) le pidió a su Señor, "Oh Señor, el Corán dice que todo, mojado o seco, está contenido en el Kitab al-Mubin. Enséñame, porque no sé todo lo que hay en el mismo".

A él le dijeron que acudiera a Abu Hanifa (ra), el Imam más elevado. Permaneció 5 años junto a él. Después de 5 años, el Imán Abu Hanifa (ra) murió. Entonces Al Khidr (as) pidió permiso para entrar a su tumba y seguir aprendiendo de Abu Hanifa en ese lugar. Él estuvo 25 años en la tumba de Abu Hanifa (ra) y completó todas las verdades del Corán, 30 años de conocimiento.

En ese mismo pueblo había un niño sin padre, muy trabajador y amable. Ganaba tres monedas al día como trabajador. Le daba una moneda a su madre, otra como sadaqa y con la otra sustentaba su vida. El niño tenía un sólo deseo en su corazón y era el de aprender, pero no tenía tiempo ni dinero. El deseo de aprender creció en su interior hasta que finalmente, le preguntó a su madre qué debía hacer al respecto.

Su madre le dijo que fuera a Samarqand. Aunque le rompía el corazón dejarlo ir, tenía que hacerlo. Él hizo los preparativos para emprender el viaje con un amigo. Su madre lo abrazó y se mantuvo en la puerta para verlo partir. Su corazón le oró secretamente a Allah: "Mi Señor, si no lo traes de vuelta no me moveré de esta puerta".

Los dos chicos viajaron hasta que era hora de rezar. El muchacho sabía que el permiso de su madre provenía de su boca y no de su corazón. Él hizo la ablución que antecede a la oración y un poco de orina cayó en su ropa. Él pensó: "La primera vez sólo mi ropa estará sucia, la segunda vez será mi cuerpo y la tercera, mi alma. Debo regresar a donde mi madre. Es mejor". Pero su corazón seguía pesado, anhelando conocimiento".

Cuando él volvió, encontró a su madre aun parada en la puerta. Ellos se abrazaron con alegría. Él continuó con su vieja vida, cargando leña en los hombros y vendiéndola. Él y su madre vivían en una casa de una sola pieza. En la noche él rezaba en el techo para no molestar a su madre. Aun si nevaba fuertemente, él continuaba su rezo.

Una noche, el chico escuchó una voz que lo llamada desde abajo. Era un hombre viejo que se trepó al techo y le anunció que había venido en respuesta a su súplica por conocimiento. Así, todas las noches en las oraciones del Tahajjud, este hombre venía y le enseñaba durante una hora. Este anciano era Khidr (as); lo que él aprendió en 30 años, se lo enseñó al chico en 3 años.

Él niño creció y resultó ser el Imam Qushayri. Él tenía conocimiento que nadie tenía. Se hizo muy famoso y tuvo muchos discípulos. Escribió un libro de mil volúmenes. Estos volúmenes, los ordenó en una caja y le pidió a su más cercano compañero que los tirara en el río Dijla, en Irak.

El murid casi obedece, hasta que se le ocurrió que en vez de tirarlos, podía esconder estos valiosos volúmenes. Él regresó a donde el Shaykh, y éste le preguntó qué había visto. "Nada", él le respondió. Así el Shaykh supo que el hombre no había arrojado los libros en el agua. Por segunda vez, le ordenó hacerlo y por segunda vez, el discípulo no pudo tirar en el río el trabajo de su maestro. Cuando volvió a donde el Shaykh, respondió a la pregunta aun diciendo que no vio nada. Y por tercera vez, el Shaykh envió a su discípulo a cumplir lo que pedía. Esta vez, él hombre sólo pudo obedecer. Levantó la caja y la tiró en el río. Una mano enorme emergió del río y agarró la caja como si fuese una caja de fósforos. El discípulo le preguntó a la mano que de quién era. "Yo soy el ángel designado para proteger los libros del Imam Qushayri", replicó una voz.

El discípulo regresó y le dijo a su Shaykh lo que vio y le pidió una explicación. El Shaykh le dijo que él había orado para que sean de provecho para la comunidad del Último Profeta, Muhammad (sas), en los últimos días. El libro estará escondido hasta que Isa (as) regrese. El Anti-Cristo quemará todos los libros de la Verdad. Luego, Isa (as) hará dos rakats y los libros de Qushayri (ra) reaparecerán para diseminar por todas partes el conocimiento perdido. Esta es la ayuda que recibe la comunidad de Muhammad (sas): los conocimientos del Corán permanecen a salvo y ocultos hasta que se necesiten, en el Final de los Tiempos.

Transcripción: http://saltanat.org/postpage.php?id=55

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