domingo, 26 de julio de 2015

"La gente especial."




La gente especial
Sheij Muhammad Adil al-Haqqani an-Naqshbandi.
 Sohbat del 11 de julio del 2015.



Audhu billahi min ash-shaytani r-rayim. Bismillahi r-Rahmani r-Rahim. Sean oraciones y paz con el Profeta Muhammad, Maestro de los Primeros y los Últimos.Madad, Oh Rasul'Allah. Madad, Oh Compañeros de Rasul'Allah. Madad, Oh Sheijs, dastur. Madad, Oh Sheij Abdullah Daghestani, Sheij Muhammad Nazim Al-Haqqani.Tariqatuna s-sohbah, wa l-khayru fi jam'iyyah.



"Kullun muyassarun lima khuliqa lah" - "A todos les resultará fácil hacer lo que fueron creados para hacer". No estoy seguro, pero supongo que este es un Hadiz o algún dicho de hombres santos. Allah puso facilidad en lo que cada hombre hace. Él creó a todos para algo, cada uno tiene su propio quehacer.



A pesar de que todos parecen iguales, son distintos. Hay billones de seres humanos, y uno no puede ser idéntico al otro. A cada uno, Allah los creó apropiados para sus trabajos -con características apropiadas-, sean pastores, granjeros, doctores, trabajadores municipales, empleados gubernamentales, soldados, policías...



Cada uno tiene su deber, y Allah los creó según el mismo, así se desarrollaran en él. Pero la gente de ahora no acepta eso, todos quieren estudiar y graduarse de la universidad para ser ingenieros, doctores, abogados... Quieren dedicarse a esos [oficios] más que a otros, pero el mundo se saturará de estos. Eso no puede ser así.



Allah Azza Jalla creó a cada quien apto para determinada ocupación. Cuando un hombre hace lo que se le adecua, desempeña su labor con felicidad y placer de por vida, pero a esos también los engañan diciéndoles que pueden conseguir mejores trabajos. Les dicen: "Deja ese trabajo, puedes hacer algo mejor", y menosprecian la labor para la que Allah los hizo adecuados y en la que les puso facilidad.



Ellos tratan de disuadir a los demás de sus trabajos haciendo que realicen otros. Luego, como no pueden ser exitosos, se desmoronan y pierden confianza en sí mismos. En cambio, si se muestran satisfechos y dicen: "Amo este trabajo y debo seguir haciéndolo, porque de él obtengo mi provisión", será suficiente. Así vivirán bien y confortablemente. Pero están los shaitanes humanos - shaitán y el ego, que oprimen a la gente en este mundo y la mandan al infierno en el Akhira (Más Allá). Así es en todo.



Hablen sobre lo que saben, pero no interfieran en lo que no saben, o no emitan opiniones. Si Allah les mostró lo correcto y están seguros de ello, díganlo, pero si no, no hace falta [que digan nada]. No se avergüencen a ustedes mismos. Las cosas que decimos no son solo para la gente común, sino para los hojas y aquellos que creen ser Sheijs.



Cuando un hombre ve a su Sheij... El Sheij recibe inspiraciones de Allah, a él llegan manifestaciones espirituales. Él puede ver cosas que otras personas no pueden, dar buenos consejos y órdenes. A veces dice cosas extrañas, pero tienen su sabiduría: más adelante serán útiles para las personas. Y como es un Sheij, no habla según lo que dicta su mente. Ellos son gente poco común. Los Sheijs no son uno dentro de mil, sino uno en un millón. Y puede que no haya uno en diez o cien millones.



Nada ordena que quienes siguen a un Sheij hagan lo mismo que él. La regla es seguir las oraciones, ayunos y adoraciones del Sheij. En lo demás, no interfieran. Hablen si saben, pero si no saben y piensan: "El Sheij da buenas órdenes, yo también debería darlas", habrán pecado y perjudicado a otros. Por eso Allah los castigará en el Akhira, y su Sheij no los mirará. Su Sheij no ordenó eso, su orden fue: digan lo que saben y lo correcto.



Como he contado, un día, uno de los hombres santos le pidió al Awliya/Santo cabeza de los Abdal, convertirlo en uno de ellos y llevarlo con ellos. Él le dijo: "Está bien, ven con nosotros", y subieron al minarete. Los Abdal se reunieron en la parte más alta del minarete, y allí el Sheij dijo: "Vámonos". Todos se tiraron del balcón y salieron volando hasta desaparecer. De último, el Sheij le dijo [al hombre]: "Ahora es tu turno".



El hombre vendió todas sus propiedades, se divorció de su esposa y lo dejó todo para ser de los Abdal y seguirlos. Él intentó saltar hasta la mañana, pero no pudo, a pesar de que el Sheij estaba a su lado y esa era una orden suya. Si un hombre da órdenes asumiendo que es un Sheij, arruina a todos los presentes…



Él no logró saltar hasta la mañana, momento en que el Sheij regresó de su misión. Viendo que el hombre aún estaba ahí, [el Sheij] le dijo: "Que Allah esté complacido contigo. Hiciste lo que pudiste, ya que esta no es una orden de la Sharía. Si fuera una orden de la Sharía, también el Profeta y sus Compañeros hubieran volado. Pero esto es algo especial: es para la Tariqa, y no puedes hacerlo, entonces debes dejarlo. Recupera tus propiedades y a tu esposa, y toma tu lugar. No has pecado".



Ese Sheij era un verdadero Sheij. Pero hay Sheijs dementes que destrozan a la gente y son inútiles. Presentamos este ejemplo porque es excepcional: ellos toman propiedades ajenas, rompen el ayuno un día antes, celebran el Eid según se les ocurre... no puede ser así. Ustedes no son Sheijs: no siguen órdenes, por ende, no pueden ordenar a los demás.



Hay sabiduría en todo lo que Mawlana hizo, y él no hizo nada contrario a lo fard y lowajib en su vida. Y ese no es su deber: no tienen esa capacidad. Deben hacer toda lasunnah, fard, mustahab y wajib que vieron a su Sheij hacer. Lo otro no es necesario, no hay que pasarse de ahí.



Y expreso esto en Ramadán, porque a veces la gente dice: "Fulano dijo esto, Perensejo dijo lo otro"... no hace falta seguir a otros. Nuestro Sheij nos mostró el camino recto, y ese es el camino que tomaremos. No se confundan con otras cuestiones ni les crean a otras personas.



No requerimos cosas que extralimiten lo que dictó Sheij Effendi. Y aunque estas sean verdaderas, con lo que ya hacen basta -quiera Allah estar complacido-, y les bastará por siete generaciones, con el permiso de Allah. El camino que Sheij Effendi mostró es bello y puro.







Allah Azza wa Jalla dijo que Él creo a todos con un carácter y un oficio en particular - aquello que pueden hacer.



Hay billones de personas que juntas parecen iguales, pero ninguna es idéntica a la otra. Así mismo, hay miles de negocios y trabajos, pero no todos pueden desempeñar el mismo. Hay personas muy buenas para la carpintería que no pueden leer, pero son excelentes [en su labor]. A otras personas, Allah las creó como pastores de ovejas o vacas, o como jardineros.



Allah no creó un solo trabajo para todos, ¡no!, hay uno especial (para cada uno). Y cuando un hombre realiza ese trabajo [especial], siente amor por el mismo y este le resulta adecuado: Allah lo creó para él. Es un placer y una dicha que a un hombre le guste su trabajo: lo siente como un juego. En cambio, si su trabajo le desagrada lo siente como una prisión.



Ahora, también en nuestro país, asignan el trabajo de un hombre a diez, así que diez hombres no hacen el trabajo de uno solo. Y todos miran el reloj para ver qué hora es, "¿Es hora de volver a casa?". Eso es como una prisión, y no es bueno.



Allah creó a todos para [algún oficio], y quien lo desempeña será feliz y más útil para la humanidad - para sí mismo y su país. Pero desde hace uno o dos siglos, a nadie le gusta hacer nada, excepto sentarse en una prisión -en la oficina- a esperar la hora de ir casa, "la hora de casa". Eso no es bueno.



Así es con todo. Cuando saben que hay algo que pueden hacer se ponen felices por sentirse útiles. Y hay quienes se ponen tristes por sentirse inútiles, pero Allah Azza wa Jalla no hizo nada inútil: todo lo hizo bueno y con su especialidad. Si no quieren desempeñarla, ellos mismos se hacen inútiles.



En estos días es así: todo el mundo quiere estudiar en la universidad, y eso es lo único que piensan. Una vez que terminan la universidad, "¿Qué haremos?" - Nada. Hay cientos y miles de personas leyendo y estudiando sobre lo mismo. Luego, muy pocos pueden trabajar en su campo de estudio, entonces [la mayoría] se dedica a otra cosa.



Eso es para el dunya, y está bien... quizás sean libres de hacer lo que pueden hacer. Pero para el Akhirah también hay gente especial y que Allah elige. Esa gente es muy poco común: no en miles -quizás en miles no haya ninguno- ni en cientos de miles puede encontrarse uno. Puede que haya alguno dentro de cien millones.



Esa gente es muy escasa, y es elegida, como Mawlana Sheij. Él tiene sabiduría -y todo lo demás-, y nos dejó todo lo que necesitamos: nuestro proceder, las oraciones, el ayuno, cómo tratar a las personas, cómo cultivar el buen carácter... él nos enseñó todo. Sin embargo, algunos quieren hacer no solo [lo que enseñó] Mawlana, sino [lo que enseñaron] otros.



Y hay muchos que tratan de aparentar ser Sheij o eruditos, y dicen cualquier cosa. Lo vemos en todas partes - en la televisión y otros lugares... muchos hablan solo para volverse famosos e imitar a los Sheijs. Y no, cuando el Sheij dice algo lo dice de orden y sabiendo lo que es en realidad; solo entonces ordena a los demás.





Si no tenemos esa certeza de lo que es correcto, no debemos indicar qué hacer a los demás, lo único que podemos indicar es seguir las enseñanzas de Mawlana: el buen camino. No hace falta inventar cosas nuevas, lo que él nos enseñó da hasta el Día del Juicio y para nuestras [futuras] generaciones. No necesitamos cosas nuevas, porque ellos...



Los Awliya hacen cosas que la gente común no puede hacer. Ellos tienen poder y autoridad para hacerlas, pero si ustedes no tienen [poder y autoridad] e intentan hacerlas, se perjudicarán a sí mismos y a quienes los siguen.



En los viejos tiempos había un hombre que seguía a un Sheij, a un gran Awliya de losAbdal. Él le pidió [a su Sheij]: "Hazme como esos Awliyas", a lo que el [Sheij] respondió: "Vende todas tus pertenencias y ven con nosotros". El hombre renunció a todo, hasta se divorció de su esposa. Luego fue a donde el Sheij y este le dijo: "Ven conmigo".



Se dirigieron al minarete, y allí Awliyas que iban y venían diciendo "Allah, Bismillah". Ya habían volado cuarenta y uno, y le tocaba ese hombre. Entonces el Sheij le dijo: "DiBismillah y vuela". Él incorporó una pierna y dijo "Bismillah", pero no pudo [tirarse]: tenía miedo. Una y otra vez, "Bismillah", y nada. El Sheij se hartó de él y se fue.



Después del fajr todos [los Awliya] regresaron, pero el hombre seguía ahí, en el minarete, sin poder hacer nada. [El Sheij] le dijo: "Está bien, lo diste todo. No eres responsable de esto, porque esto no es de la Sharía y es solo para personas especiales que pueden llevarlo a cabo, así que no estás en falta. Te devolveré tus propiedades y tu dinero; reconcíliate con tu esposa y vete, permanece en tu... Esto es solo para ta'lim, y no es de la Sharía. Si fuera de la Sharía, el Profeta y sus Compañeros también hubieran volado, pero eso no les fue ordenado. Solo gente especial tiene este tipo de poder".



Entonces, no todos los que claman seguir un Sheij o ser eruditos... cuando ellos hacen algo, destruyen a la gente, y eso recaerá sobre ellos en el Día del Juicio. Solo hagan lo que saben. No interfieran con lo que no saben, no interfieran. No necesitan aparentar que siguen lo nuevo - la nueva moda. "Oh, miren lo que ese hombre le dice a la gente, ¡es bonito!". No es bueno cargar culpas en el Akhirah por complacer a la gente en este mundo. Y aunque [los complazcan], ellos no serán felices, porque eso también irá en su detrimento. Solo sigan a los Sheijs y lo que ellos nos enseñan. Ellos no hacen nada fuera de la Sharía o Tariqa.



Wa min Allahi t-tawfiq, Al-Fatiha.



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