viernes, 10 de octubre de 2014

"Crudo, Cocido Y Quemado."



Crudo, Cocido Y Quemado
Sheij Muhammad Adil an-Naqshbandi al-Haqqani.
 Sohbat del 2 de octubre del 2014.





As-salamu alaikum wa rahmatullahi wa barakatuh. Audhu billahi min ash-shaytani r-rajim, Bismillahi r-Rahmani r-Rahim.



As-salatu wa s-salamu ala Rasulina Muhammadin, Sayyidi l-awwalina wa l-ajirin. Madad ya RasulAllah, madad ya Sadati Ashabi Rasulillah, madad ya Masheijina, madad Mawlana Sheij Muhammad Nazim al-Haqqani, ¡dastur!



"Tariqatuna s-sohbah, wa l-khayru fi jam'iyyah".



"Allahumma inna na'udhu bika min shururi anfusina, wa min sayyi'ati a'malina", "Nos refugiamos en Ti de nuestro ser -de nuestro ego-, y también nos refugiamos en Ti de nuestras malas acciones". El ego no os deja solos ni un momento, por eso nadie puede vencer a su ego por sí mismo, ¿cómo podría vencerlo? "Allahumma la takilna ila anfusina tarfata 'ayn, wa la aqalla min dhalik" - "Oh Allah, no nos dejes en manos de nuestro ego ni un solo instante", así es el Hadiz Sharif (Noble Tradición Profética).



Si nos dejaran solos, hace mucho tiempo que nuestro ego nos hubiera destruido y acabado con nosotros. Por eso debemos recordar siempre a Allah, no dejéis libre a vuestro ego ni un solo instante. Recordad siempre a Allah, confiad en Allah, pedid ayuda a Allah. La primera lección de la tariqa es matar al ego, controlar al ego. Si venís a la tariqa, debéis dejar vuestro ego. Eso significa que no debéis seguir pensando como antes: si a Allah no le complace lo que gusta a vuestro ego, tampoco os debe gustar a vosotros. ¡El ego tiene muchas enfermedades!



Como dijo Mawlana: "El ser humano está crudo, y la tariqa cocina a la gente". Dice Mawlana Jalaluddin Rumi: "Estaba crudo, después cocido y después quemado". Debéis arder en el dunya (este mundo), así Inshallah no arderéis en el ájira (la otra vida). Aunque la gente os trate mal, no os alteréis. Decid: "Mi ego merece aún más que esto, mi ego es tan malo que merece más de lo que ese hombre dijo o hizo, no [me] enfadaré con él". Es igual que un trozo de hierro colocado al fuego, [donde] se golpea con un martillo hasta que toda suciedad se fue, y queda limpio. [Entonces] se convierte en una espada afilada, se vuelve un cuchillo, se vuelve algo bueno. En cambio, mientras sea hierro se oxidará y será inútil.



El ego de todos es así, va y viene, pero el ego empeora a medida que envejecéis - se hace peor, más grande, más parecido a un monstruo o a un dragón... ¡os traga y se va! Si no comenzáis a entrenar vuestro ego mientras es pequeño, nada podrá hacerle frente - y para entonces ya lo tragó y acabó con él. No existe eso de "Soy viejo, así que estoy salvado": a medida que envejecéis, el ego se hace peor.



Que Allah no deje a nadie en manos de su ego. Este es el beneficio de nuestro Sheij y de nuestra tariqa: el Sheij enseña, y si no lo aceptáis es asunto vuestro. En las escuelas es lo mismo: hoy día, no suspende nadie. Antes, algunos estudiantes repetían una clase 2 ó 3 años, no aprobaban fácilmente. Ahora todos pasan, tanto si estudian como si no, hoy no existe el suspenso en las clases. En la tariqa es lo mismo: podéis quedaros por años, y si no queréis aprender es asunto vuestro. Al contrario, si hacéis lo que dice el Sheij ganaréis, y no estaréis sentados por ahí sin nada que hacer, ni os lamentaréis.





Hoy hablamos de que el Profeta (sws) oró: "Oh Allah, no nos dejes seguir a nuestro mal ego, ni cometer malas acciones". Nos ponemos en manos de Allah, para que nos proteja de eso - ¡y no es algo fácil de hacer! También oró el Profeta (sws): "Allahumma la takilna ila anfusana tarfata 'ayn wa la aqalla dhalik", "No nos dejes a merced de nuestro ego ni por un segundo". En un segundo, podéis perderlo todo; debéis recordar a Allah 'aza wa jalla en todo momento.



El ego no es fácil de tratar, controla a todo el mundo. Y la tariqa es para proteger a la gente del ego, ese es el primer beneficio de la tariqa. Al seguir una tariqa os protegéis, si la seguís de verdad - pues en la tariqa el Sheij os muestra qué hacer. Si no lo hacéis, no culpéis a la tariqa: "Llevo 50 años en la tariqa, o llevo 40 años en la tariqa...". Pero vuestro ego es como el del Faraón, ¿qué beneficio habrá en ello?



Se debe a que la tariqa es para las cosas espirituales, ¡y ahora es muy suave! Hoy día es como en la escuela: no sé cómo es en Europa, pero antes... en la escuela primaria, sólo trabajando duro… -no trabajando tan duro… un poco, no tan difícil-, podíais subir a la siguiente clase. En cambio, sin estudiar, con pereza, sin hacer nada, seguíais en la misma clase 1 año, 2 años o 3 años. A los 3 años, os expulsaban de la escuela.



Hoy día cambió el sistema, todos pueden pasar. Tanto si son buenos como malos en el examen, aprobarán. En cambio, el que va a la escuela superior no será aceptado, pues hay un examen [de ingreso]: si lo aprueba puede entrar, si no, queda fuera.



Nuestra tariqa es así hoy día: todos pueden hacer lo que quieran. Si quieren acabar con su ego, que sigan las órdenes del Sheij. Y si les satisface el ego, que sigan a su ego... ¡crecerá a medida que lo hagan ellos! Cuando su ego se exceda, será más y más grande, como un monstruo que les sigue. No digáis: "Hace mucho que estoy en la tariqa", eso no importa. Lo importante es ser cocinado en la tariqa, ya que todos llegan crudos.



La carne cruda no se puede comer, tampoco podéis comer el pan crudo, antes de cocerlo, en forma de masa. Quizá comáis 1 ó 2 trozos, pero no es algo bueno. En cambio, al cocerlo será delicioso. Comerlo será saludable para vosotros, para vuestro cuerpo. Si no lo hacéis así, os dolerá el estómago y no será bueno.



Así que todos están crudos en esta tariqa, y poco a poco se van cociendo. Mawlana Jalaluddin Rumi dijo incluso: "Estaba crudo, fui cocido y quemado". Entonces, debe terminar por quemarse para que no quede nada de vuestro ego, ¡está claro! Y esto también se aplica a quien no esté conforme con vosotros, y diga algo malo de vosotros: no os enfadéis con ellos, no los acuséis. Debéis llegar a decir: "Mi ego es mucho peor que eso, lo que él dijo es muy poco para mi ego. Es verdad, mi ego no es bueno, por lo que no se puede culpar a ese hombre".



Así, debéis ver cosas buenas en todos, esta es la enseñanza de la tariqa. Y cuando es así, es como estar en un horno de fundición: al poner hierro lo trabajan con un martillo, repetidas veces, y acaba convirtiéndose en una muy buena espada, o un cuchillo. Sin eso no será nada, sólo un trozo de hierro oxidado en el que nadie se fija. En cambio, tras estar en el fuego de ese modo, se convierte en algo bueno. Por ello, que no os encante estar tranquilos, sin nadie que os dañe, ni enfadándoos por todo. Limitaos a aceptarlo, diciendo: "Es para mi ego y viene de Allah, ¡[entonces] es bueno!”.



Inshallah, que Allah lo haga así, ya que -como dijimos al principio- no es algo fácil. Podemos hacerlo gracias a la ayuda de Allah, Inshallah, pero debemos aceptar que nuestro ego es lo peor. Wa min Allah it-tawfiq. Fatiha.



Enlace al vídeo:



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