domingo, 21 de septiembre de 2014

"Asentar la Fe."



Asentar la Fe
Sheij Muhammad Nazim Al-Haqqani An-Naqshbandi.
Sohbat de marzo de 1998.



Sabéis que Europa surgió (en el Renacimiento). Sólo después de que los Cruzados entraran en contacto con el mundo Islámico... ahí se dio la transformación.



Dice Allah - me refugio en Allah: "…porque es de forma alterna como adjudicamos tales días [de fortuna y desgracia] a la gente:" (3:140) - unas veces al Este, otras al Oeste. Ellos también son siervos Suyos, piden y Él les da. "Y pedid a Allah de Su generosidad" (4:32). Ellos piden y Él da. Si pedimos también se nos dará, pero no pedimos... nos basta con fumar nargileh.



P: Bismillahi r-Rahmani r-Rahim, Bismillahi r-Rahmani r-Rahim: "No he creado a los genios y a los hombres sino para que Me [conozcan y] adoren" (51:56). ¿Qué papel tienen los hombres de religión en volver a la verdadera religión?



Lamento decir que los hombres de religión no tienen una visión amplia del mundo, se volvieron elementales. Es decir, los hombres de religión no tienen un valor de alto rango, sino que ese está por debajo de la media. "Allah no carga a un alma más allá de su capacidad" (2:286) - por eso, si llevan la oración y hablan a la gente en la oración del Viernes, ya está.



No tienen nada... lo que dijiste con razón, se aplica a toda la sociedad. La sociedad tiene valores que la sostienen - si esos valores desaparecen, está acabada. Tales valores son las virtudes, los atributos loables. Si el hombre se asocia con esos valores y virtudes, hace que la sociedad se mantenga firme. Así dice el Profeta, paz y bendiciones sobre él: "En verdad, fui enviado a perfeccionar y ennoblecer el carácter", ¡sí! "Yo creé a jinn y humanidad para servirMe" (51:56) es parte de ello. Nada pesa más en la balanza (de buenas acciones) de un siervo, que un carácter loable. Pero nosotros lo perdimos, también perdimos los valores, igual que sucedió en el mundo entero.



P: Ciertos sheijs... por ejemplo, están unos contra otros...



¡Qué gran ignorancia de la situación real!



P: Quieren niñas con velo, ¡aun contra su familia!



¡No tienen sabiduría! No hay duda, vivimos una era en que -más que nunca- hace falta unir los corazones. Ello requiere un examen cuidadoso: si causa un gran conflicto entre la muchacha y sus parientes, si destruye la familia, [entonces] lo aplazamos. No puede haber discusión, eso es destruir familias. ¿Para qué? ¿Complace a Allah que se lleve una cinta en la cabeza como señal? ¡A nosotros no!



Los Compañeros no cargaron la Ley Divina de una vez, Allah la impuso a lo largo de 23 años. ¡No tienen seso! La Ley Divina llegó paso a paso, pero esos no saben nada del Islam. Su primera orden es: "¡Cubríos la cabeza!". Los Compañeros estuvieron 13 años en Makka al-Mukarrama, y no hubo cabezas cubiertas hasta llegar a Medina, ahí se ordenó. ¿No tienen cerebro?



En la fe... las puertas de la fe se abren del Este al Oeste. Quien dice "La ilaha illa Allah", entró en la fe. Allah el Más Alto dice: "La ilaha illa Allah es Mi fortaleza. Quien entra [en la fe] está a salvo de Mi castigo". Su Mensajero, paz y bendiciones sobre él, reunió a su gente y les habló: "Os llamé para que proclaméis La ilaha illa Allah". Eso dijeron los profetas antes de él, ¡y él dijo lo mismo!



Entonces, ante quien dice "La ilaha illa Allah" debéis contener vuestra lengua. Esta época es así... ¡no entréis en discusiones ni debates! Dejad el velo para lo último: esta es la época de la aflicción y el nihilismo, la gente rechaza la existencia de Allah, ¿y nosotros peleamos por el hijab? Yahu, ¿por qué peleáis? ¡Llamadles a decir "La ilaha illa Allah", y aceptar que existe el Creador Todopoderoso!



Dicen "La ilaha" (no hay Dios), sin "illa Allah" (excepto Allah). Es nuestro dilema, ¡una gran aflicción! ¡Que sigan así! Si es una afrenta, será cosa suya. ¡Sí! La realidad de la fe, es "La ilaha illa Allah" - cuando ello se asienta en el corazón, rige el cuerpo. Si se completa en el corazón, lo beneficia. No se trata de que sin velo en la cabeza, la fe no entre en el corazón.



P: ¿Cómo se asienta la fe en el corazón?



La fe se asienta en el corazón según el amor de esa persona por su Señor y Su Profeta, paz y bendiciones sobre él, ya que el árbol de la fe es como los demás árboles: si lo sembráis y después lo abandonáis, se marchita. Si no lo cuidáis, con riegos y lo que necesite, en lugar de crecer se marchitará. La fe es justo así: decir "La ilaha illa Allah, Muhammadu r-Rasulullah, sallallahu ‘alayhi wa sallam" requiere cuidados. Y esos cuidados son el amor: amor por Allah y amor por el Mensajero de Allah, sallallahu ‘alayhi wa sallam.



Cada vez que aumenta el amor, veis un cambio en vuestro estado y os inclináis más hacia vuestro Señor, apartándoos de este mundo. Eso es porque el amor puede ser amor hacia el mundo, o bien hacia el Señor. Aquellos cuyo corazón está imbuido de amor por el mundo, no tienen posibilidad de que haya otro amor en su corazón. Depende de qué pesa más en la balanza: si hay más amor a un lado, eso inclina la balanza hacia el lado de mayor peso. Si prevalece vuestro amor por el mundo y sus asuntos, os dominará la preocupación por la vida de este mundo y sus ornamentos. Si es más fuerte el amor por vuestro Señor, descubriréis el sabor de la espiritualidad en vuestro corazón, y aún si os ponen delante todos los deleites del mundo, no renunciaréis al sabor de la espiritualidad.



Es la señal de que la fe verdadera arraigó en el corazón: si os ofrecen una determinada cantidad de oro, en pago por no realizar la oración del mediodía, ¿dejaréis vuestras oraciones? No las dejaréis, pues si aceptáis esa cantidad, probablemente vuestro ego dirá: "Tómalo, y después une esa oración con la de la tarde". En cambio, vuestro corazón, vuestro ser interior os advierte: "Si la tomáis y el ángel de la muerte baja sobre vosotros, ¡perdéis lo uno y lo otro!". Eso os da temor, y así el valor de la oración aumenta por encima de aquella cantidad.



Y bien, si aumentamos la cantidad de oro... aunque os demos todos los tesoros del mundo, no tendrán valor para vosotros. Diréis: "¡Me refugio en Allah, no lo dejaré!". Parecen sólo pensamientos, pero en realidad son los deleites espirituales de la Presencia de Allah los que os lo impiden. Eso quiere decir que se abrió la semilla de la fe, que surgió en vuestro corazón, ¡brotó! Seguid cuidándola para que brote, crezca, y después dé fruto.



Si tomáis del alimento de la fe, os veis en otro mundo - encontráis vuestro propio mundo, vuestro Señor os sitúa en un mundo para vosotros. Aunque el mundo se encuentre lleno de problemas y sufrimientos, vosotros estaréis en vuestro mundo propio, ¡vuestro Señor crea un mundo para vosotros! En ese momento probáis el sabor de la fe -nosotros, si Allah quiere, estamos en camino-, en ese momento nada os preocupa. Requiere esfuerzo, como un cohete para despegar de la Tierra: hasta liberarse de la gravedad es difícil, pero si vence la fuerza de la gravedad y llega más allá de su influencia, no necesitará más el motor. Cuando os liberáis de la gravedad de vuestros egos, alcanzáis un mundo propio.



Una vez, me encontraba con mi Sheij en el recinto sagrado que rodea la Ka‘ba. [Estaba] con mi Sheij, mientras la gente forcejeaba y reñía a nuestro alrededor. Él me dijo: "¡Oh hijo mío, cierra los ojos!". Cerré los ojos y me vi por encima de las cabezas de todas esas personas. Allí había otro grupo que circundaba, pero eran como mariposas, nadie urgía ni daba empellones. La gente de abajo eran como puntos que empujaban y forcejeaban, y dije: "Oh mi Señor, ellos también son Tus siervos", y eran más los de allí que los de abajo. Tras un momento, me vi de nuevo entre la gente que luchaba y empujaba.



Y así Allah pone a prueba a Su siervo, a su corazón. Cuando ve que su corazón está con Él, crea un mundo para esa persona. Y aunque estéis entre la gente, con todas las dificultades, os sentís muy felices y favorecidos. Este es nuestro principio como Naqshbandis: liberamos a la gente de sus problemas externos, y la llevamos hacia su corazón - para que trabajen un poco su corazón, y aún por unos momentos al día se ocupen de sí mismos. Nos ocupamos las 24 horas en lo que nos rodea, no tenemos ni un momento para estar con nosotros mismos, ¡ese es nuestro dilema! Y el Naqshbandi desea que los hombres se ocupen de su corazón, ya que abandonan sus corazones.



Son como quien recibe palacios, y los deja para bajar al mercado, ocupándose allí. "¡Hey tú, ven a mirar! Hay un reino para ti… ¡no, no bajes ahí!" Ese es el Naqshbandi, quien devuelve a la gente a su realidad y su esencia, a darse cuenta de que: (13:28) "En verdad, el recuerdo de Allah da paz a los corazones". El sultán en su palacio se siente en paz, ¿cómo la tendría en el mercado? Esa es la explicación más simple de qué significa "Naqshbandi".



Para embarcarse en el camino, es imprescindible conocer los cimientos que nos llegaron desde tiempos del Mensajero,‘alayhi as-salatu wa as-salam: "En verdad, en el cuerpo hay un pedazo de carne que si está sano, el cuerpo está sano. En cambio, si está enfermo, el cuerpo está enfermo. En verdad, ese es el corazón" - ¡y la gente lo deja! Es así en la apariencia externa y en la realidad espiritual. Lo primero que chequea un doctor son los latidos, comprueba si el corazón es fuerte o débil. Si es fuerte, inicia el tratamiento - y si no lo es, centra sus esfuerzos en el corazón del paciente, para fortalecerlo. Tras eso, da la medicina.



Nos señaló el Mensajero, paz sobre él, que si ese pedazo de carne está sano, todo el cuerpo está sano, por fuera y por dentro. La única forma de sanar el corazón es: "En verdad, el recuerdo de Allah da paz a los corazones". Ese noble verso… ¿no es en árabe? El corazón no encuentra paz con la riqueza o la posición, tampoco mediante ejércitos, oro o diamantes, ni por tener casas, caballos o flotas (de barcos o coches), ¡no! "En verdad, el recuerdo de Allah da paz a los corazones" - ¡debéis ocuparos en recordar a Allah!



Al inicio, para aprender, damos un número fijo (de repeticiones), un número fijo - como para este niño. El profesor da una frase, y dice: "¡Escríbela 20 veces!". Pero... si terminas la escuela y vas a la universidad, ¿te darán ejercicios de escribir una frase 100 veces? ¡No, no hace falta! Al principio es necesario dar un número fijo, limitado, recordando a Allah en vuestro corazón. Decís 100 veces "Allah, Allah...", después lo decimos 500 veces: "Allah, Allah, Allah, Allah". Luego lo decimos 1.000 veces y 1.500 veces, más adelante lo decís 2.500 veces y después 5.000, y más tarde decís lo que Allah quiera.



Cuando arraiga con firmeza, funciona sin un número fijo, funciona por sí mismo, ¡por supuesto! Entonces él para (de contar). "Hombres a quienes ni comercio ni mercancías distraen del recuerdo de Allah" (24:37). Ellos están con Allah en su corazón, entre la gente... nada se lo impide. ¿Se entiende el Corán? ¡Está claro!



P: Mi Sheij, deseo haceros una pregunta: ¿por qué nuestro Señor castiga a los palestinos?



¿A la gente de Palestina?



P: Aunque recuerdan a Allah día y noche...



Umm Fayz, Oh Umm Fayz... dice el Profeta: "Las pruebas más duras son para los profetas" - y ellos descienden de los profetas -, "...después los awliya/santos y quienes siguen sus pasos". Ellos habitan la Tierra Santa, por eso les ponen a prueba, ¡así debe ser! A quienes viven en esa región, desde el inicio hasta el fin de los tiempos les probarán con aflicciones. ¡Subhan Allah!, les prueban, así debe ser, pues ellos están cerca de su Señor, Quien los creó como vecinos del recinto sagrado de Jerusalén.



P: ¿Qué debe hacerse para ser amado por Allah?



Haz lo que ama tu Señor, entonces Él te amará, ¿entiendes? Haz lo que tu Señor ama, para atraer Su amor. ¡Tú Le amas, tú Le amas!



P: Leemos en la surat al-Waqi‘a: "Pero los adelantados serán los [que en su vida fueron] adelantados [en la fe y las buenas obras]: ¡ésos serán los allegados a Dios, en jardines de felicidad! – habrá muchos de los primeros tiempos, y [sólo] unos pocos de los últimos tiempos" (56:10-14).



Al fin de los tiempos, los allegados son muy pocos. Los que hubo ya se marcharon, y ahora son sólo unos pocos. A muchos los apartan de Allah, y acercan a pocos.



P: ¿Qué hacer para ser de los allegados?



No lo sé, también voy de camino.



Viajando por tierra hacia el Hijaz/Arabia, llegamos a Amman con un grupo de sirios, en 1970. El rey Husayn estaba molesto con algunos eruditos de Siria, de la gente de Siria, que decían esto y lo otro, y yo tenía su mismo aspecto mientras iba hacia el Hijaz. En ese momento, los palestinos de Amman recibían presiones, y los eruditos hablaban contra el rey.



Al llegar a cada frontera, les decían que yo iba con el grupo de chipriotas. En un momento dado apareció un hombre, muy alto y con muy poco cerebro. Él dijo: "¡Hey Sheij, tengo una pregunta!". Yo no sabía, pero mi corazón me dijo que algo estaba mal. Me habló, así que dije: "¿Cuál es tu pregunta?". Dijo: "Quiero una fatwa (dictamen jurídico)". "¿Quéfatwa?". Él me explicó una larga historia, acerca de un hombre que tenía varias personas viviendo en su casa, y que pasó esto y lo otro, muchas veces, hasta llegar a pelearse. [Preguntó:] "¿Cuál es la posición de ese hombre, qué debe hacer?".



Me di cuenta de que hablaba de los palestinos, era un interrogatorio de los servicios secretos. Él habló durante hora y media para que entendiera, y para ver qué decía en relación a ese caso. "¿Qué dices?", preguntó mientras me agarraba, así que respondí... al terminar todo eso, dije: "¡Hermano, apenas hablo árabe!". "¿Por qué no lo dijiste?". Él pensó que yo era un erudito sirio, y cuando dije: "Mi árabe es muy malo", comenzó a gritar. Y sigo sin saber mucho árabe. No hay poder ni fuerza salvo por Allah, por eso no emito declaraciones. No aceptamos otra cabeza más que los árabes.



La tariqa es la razón por la que el Islam se mantuvo firme durante los largos y oscuros años de la era soviética, pues eldhikr Naqshbandi es silencioso, es recordar a Allah en silencio, no en voz alta como las demás tariqats. Alguien se sentaba ahí, y esos demonios pensaban que dormía, pero estaba haciendo dhikr. 70 veces Astaghfirullah, 100 veces bendiciones sobre el Profeta, en pie. 70 veces Astaghfirullah y 100 veces Salawat, en pie.



¿No hicisteis el Hajj ni visitasteis al Profeta? Como si estuvierais ante el Profeta, ‘alayhi as-salatu wa as-salam, cerrad los ojos y recitad salawat sobre el Profeta 100 veces, de pie. Tras eso, recitad al-Fatiha 3 veces, una vez el Ayat al-Kursi y 3 veces "Qul Huwa Llahu Ahad...", una vez "Qul a‘udhu bi Rabbi l-falaq..." y "Qul a‘udhu bi Rabbi n-nas...", 10 veces "La ilaha illa Allah", 10 "Allahumma salli ‘ala sayyidina Muhammad". "La ilaha illa Allah, La ilaha illa Allah", y dedicad su recompensa. Bismi-Llahi r-Rahmani r-Rahim.



Oh Allah, bendice este encuentro y líbranos de pecar, ¡que nadie quede fuera! ¡Oh Allah, danos más, no retengas! Danos honor, danos capacidad, y no vernos afectados; complácete en nosotros, ¡excúsanos! Perdón y misericordia, ¡gírate hacia nosotros! Mejora nuestros asuntos, y los de los musulmanes. Ayúdanos contra los malhechores, y ayuda al Sultán de los Musulmanes. Por el honor de quien recibió Surat al-Fatiha.



Enlace al vídeo:



http://saltanat.org/videopage.php?id=12237&name=1998-06-00_ar_IstiqrarAlIman_SN_a.mp4


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