lunes, 14 de julio de 2014

"La Obediencia y los 3 Estados de la Materia."



Permaneced en Compañía de los Veraces

La Obediencia y los 3 Estados de la Materia


De las Enseñanzas de Sheij Hisham Qabbani

3 Niveles de Obediencia:

Lo Divino nos pide que
"...entremos en las casas por su puerta correspondiente” (2:189). 


Para cada puerta hay una llave, y la llave para abrir la puerta del corazón viene por la obediencia a la voluntad Divina.
"Obedeced a Dios, obedeced al Profeta (s) y obedeced a los encargados
de la autoridad sobre vosotros" (4:59).

Pedimos, y Mawlana Shaykh siempre nos enseña, estar bajo la sombra de los tres árboles de autoridad. Ellos son como poderosos robles que nos protegen de las tormentas e inundaciones de esta vida. En tiempo de desastres naturales, en que inundaciones y tsunamis lo barren todo, lo que queda son los árboles. Y veis muchas veces en las noticias que la gente capaz de llegar hasta el tronco de un árbol y aferrarse a él, pueden sobrevivir a una inundación. Mawlana nos enseña que, si nos aferramos a estos poderosos árboles, llegaremos rápidamente a la complacencia de nuestro Señor.

Tal como enseñó el Profeta Jesús [as] en la oración del Señor,
"Que venga Tu Reino, se haga Tu voluntad así en la tierra como en el Cielo".
Para el gnóstico y el conocedor de estas realidades Celestiales, esta súplica abarca todo el camino espiritual, que es someter nuestra voluntad de vuelta a Dios. Esto viene por la obediencia a lo Divino, y la obediencia abre el servicio, ya que un siervo debe obedecer a su Maestro. Pero nuestro ego se interpone en nuestro camino. Por ello, la tariqat/el sufismo enseña que el nivel más alto que se puede conseguir no es un doctorado, o ser abogado o ingeniero. El nivel más alto es convertirse en un siervo. Es lo más difícil para el ego, y lo más satisfactorio ante la Divina Presencia. Dios dice, "Os di libre albedrío. Ahora devolvédmelo," y esta es nuestra prueba en la vida, devolver nuestro libre albedrío por amor al Creador.
Este concepto de "obediencia a la voluntad de Dios", es la religión que todos los Profetas trajeron a la humanidad. Por eso todos los Profetas dijeron, "Samina wa atana" (2:285), que significa "oímos y obedecemos".
¿A quién obedecemos?

"Obedeced a Dios, obedeced al Profeta (s) y obedeced a los encargados de la autoridad sobre vosotros" (4:59).

Estos tres niveles de obediencia nos enseñan mucho acerca de la senda sufí, ya que la primera orden de Dios es obedecerLe, y el sufismo viene a enseñarnos a dar un paso atrás y volvernos más humildes, y darnos cuenta de que nunca podemos obedecer realmente a Dios. Por eso el sufismo es un camino de humildad. Va contra el orgullo y va contra la arrogancia, indicándonos que necesitamos apoyo, y enseñándonos que hay una etiqueta en la manera de acercarnos a la Divina Presencia. 
Debemos "...entrar en las casas por su puerta correspondiente" (2:189). No penséis que podéis obedecer a lo que Dios manda tan fácilmente. Esa fue la estación para los Profetas, no para nosotros. Ellos oían y hablaban con lo Divino, y nosotros no oímos ni hablamos con lo Divino. Pero el ego es rápido en decir, "Yo no necesito escuchar a nadie. No necesito el consejo de nadie, puedo conectar directamente con Dios".
Dios sabe que somos una creación débil, que peca y se equivoca constantemente. Si tuviéramos que obedecerLe directamente, estaríamos todos en grave peligro, ya que no obedecemos. Por ello, debemos mostrar algo de humildad a la hora de acercarnos. No somos Profetas, ni recibimos nuestras órdenes directamente de lo Divino, por lo que hemos de buscar y obedecer a quienes lo hacen.

"¡Oh vosotros que creéis! Cumplid con vuestro deber hacia Dios, 
buscad los medios para acercaros a Él" (5:35).

No os acerquéis directamente a Dios, diciendo "¡Yo soy quien soy!" No sobrepaséis vuestra autoridad, pidiendo conectar directamente con Dios. Esto es pasable al principio, pero no cuando buscáis avanzar. Satán también quería una conexión directa, ¡y él estaba muy avanzado! No aceptó la autoridad de Adán y se negó a inclinarse, por lo que fue expulsado del Paraíso, a pesar de haber estado 70.000 años en completa adoración de lo Divino.
Lo Divino os enseña que tratar con el Rey implica una etiqueta: no podéis limitaros a caminar hasta allí y empezar a hablar. Hay una manera concreta de aproximarse al trono. Debéis mantener los ojos bajos, quizá tengáis que poneros de rodillas, y si el Rey designa a alguien para representarle e inviste autoridad sobre esa persona, no podéis decir, "No, no lo acepto". Si este es el protocolo para los Reyes de este mundo, ¿qué será con el dueño del trono del Paraíso?
Así que Mawlana dice, "rebajaos, no os pongáis al nivel de los Profetas, eso es muy peligroso". Entonces Dios nos abre otra senda, pidiéndonos que obedezcamos al Mensajero (s), y él también dice:

"Quien obedece al Mensajero, Me obedece a Mí" (4:80). 


Dios dice "mirad hacia el Mensajero (s). Yo lo envié para enseñaros cómo obedecerMe". El Profeta (s) está en completa sumisión a lo Divino, no tiene voluntad propia. 
Por eso actúa como un espejo que refleja la Divina Presencia hacia la creación. Sin embargo, el Profeta (s) no está con nosotros, así que ¿cómo podemos imitar su perfección? Obedeciendo a quienes están encargados de la autoridad sobre nosotros. Eso quiere decir autoridades espirituales y temporales. Debéis obedecer a la policía, al Alcalde, el Gobernador, el Primer Ministro, y quien esté situado en una posición de autoridad, ya que ¿quién les dio esa autoridad? ¡Lo Divino! Si no hubiera estado escrito y fuera el destino de esa persona tener tal trabajo, ¿cómo hubiera podido suceder? 

La Tariqa viene a perfeccionar nuestra fe y aprender a aceptar la voluntad de Dios. 
Eso abre la realidad espiritual, ya que hay un gobierno espiritual, del mismo modo que hay un gobierno en este mundo material. Así que, si tenéis que obedecer a la autoridad material, quiere decir que también debéis obedecer a la autoridad espiritual, y hay Santos con diferentes rangos y estaciones en ese gobierno espiritual, que lo han heredado de los Profetas. Si los encontráis y los seguís, estaréis a salvo, ya que ellos tienen autoridad, y esa autoridad viene directamente de la Divina Presencia .
Como dijo Imam Ahmad ibn Hanbal:

"Oh hijo mío, debes sentarte con los sufíes, ya que son como una fuente de conocimiento. Recitan el recuerdo de Dios en sus corazones. Son los ascetas, y tienen el mayor poder espiritual. No conozco gente mejor que ellos".

Los santos heredan de la perfección del Profeta (s). Mediante entrenamiento espiritual y constante recuerdo de Dios, han purificado sus corazones de toda imperfección en carácter y adoración. Es decir, que sus corazones se han vuelto como espejos. 

"Aferraos fuertemente a la soga de Dios, y no os separéis". (3:103)

Mientras el Profeta (s) es un espejo que refleja la Luz Divina hacia los Santos, los Santos a su vez reciben la luz del Profeta (s) y la reflejan hacia la humanidad de nuestro tiempo. Los Santos de la Cadena Dorada Naqshbandi heredan esa luz del Profeta (s), a través del linaje de los 40 Grandsheijs, comenzando por Sayidina Abu Bakr (r) y llegando hasta hoy, con Mawlana Shaykh Nazim y Sus Diputados Sheij Hisham y Sheij Adnan. Ese linaje es como una soga que llega hasta los buscadores del siglo XXI, y los guía en su viaje hacia lo Divino.
¿Corréis Tras el Mundo Material?

Quién Cabalga, Hu
Desafortunadamente, la gente actual ha dejado de seguir a los Santos: solo siguen a sus egos. En lugar de cabalgar a vuestro ego, él los cabalga a vosotros. Es un fenómeno extraño, ya que buscamos expertos en todos los aspectos de nuestra vida material: si queremos convertirnos en médicos, vamos a la facultad de medicina. Si queremos convertirnos en abogados, vamos a la escuela de leyes. Todo lo que hacemos en la vida, debemos aprenderlo de un profesor. No podéis abrir una consulta sin el sello de aprobación colgado en la pared, que diga que os habéis examinado y habéis demostrado ser un verdadero médico por tal facultad: de otro modo no está permitido. En cambio, le preguntáis a la gente ¿de qué escuela recibes tu espiritualidad? Y dicen "eso no hace falta. Puedo leer los Libros Sagrados por mí mismo y llegar a mis propias conclusiones". Por alguna razón, en lo que se refiere a la espiritualidad muchas personas rechazan el concepto de aprender de un maestro, siguiendo en cambio a sus egos. Pero los Santos nos enseñan que, para manejar las dificultades y pruebas de la vida, es importante ser guiado e inspirado constantemente por gente más piadosa que nosotros. 

"Oh vosotros que creéis, temed a Dios y mantened la compañía de los veraces" (9:119).

Los 3 Estados de la Materia y el Shams al-Tabriz

"Obedeced a Dios, obedeced al Profeta (s) y obedeced a los que detentan la autoridad" (4:59).

Estos tres niveles de obediencia simbolizan también los 3 estados de la materia: sólido, líquido y gaseoso. 
Lo Divino es como el estado gaseoso: no podemos verlo, ni probarlo, ni olerlo. En nuestra forma física, densa, nos es imposible interactuar con el gas, y por eso Dios dice "obedeced al Profeta (s)". 
El Profeta (s) simboliza el estado líquido que, como el estado gaseoso, es imposible de seguir, ya que no tiene forma. La obediencia al Profeta (s) es como intentar retener líquido en las manos. Al ser sólidos, debemos encontrar a quienes tienen forma para que nos guíen. Es decir, debemos buscar un guía espiritual del que podamos aprender, uno que herede de la espiritualidad del Profeta (s).
Somos Ignorancia Sólida. Necesitamos Fe Sólida / un Qutub



No hay comentarios:

Publicar un comentario