lunes, 14 de julio de 2014

"Consejos de Mawlana para el parto."


Bismillahi Rahmani Rahin.
Extractos de una revista naqshbandi de Alemania del 92, todo sobre el nacimiento. Las preguntas de una Lady Jadîŷa y las respuestas de Maulana Sheik Nazim. 
El islam dice: hacedlo todo en casa. Todo cabe en una casa musulmana, y se le ayuda a los vecinos en todo.
Para todo hay reglas en el islam, hasta para cuando se quiere concebir a un niño; el hombre debe estar en estado de pureza. Progenitores borrachos producen una generación de salvajes y rebeldes contra sus padres.
Las esposas deben de embellecerse para sus esposos, no para salir a la calle. Él debe dar sadaqa y ambos siempre deben perdonarse mutuamente, antes de hacer el amor, y pedir a su Señor que les dé una descendencia bendita.
No hay nada mejor que el islam. Si todos aplicaran estas reglas, que se basan en respeto y amor entre las parejas, pronto poblaría este mundo una humanidad amable, de gente tranquila y bendita, que convertirían la Tierra en un paraíso.
Antiguamente, siempre a la hora de dar a luz, se traían comadronas. Sabemos que los bebés no se quedarán en el vientre todo un año, nueve meses y diez días es lo normal. Cuando Allah el Altísimo manda que se pare la alimentación del niño en el vientre, sucede el nacimiento. Y el islam está completamente en contra de toda intervención que pueda hacer daño a la madre o al niño, sobre todo la cesárea.
Cuando una mujer estaba a punto de dar a luz, venían sus amigas y se ponían a recitar: "Bismillah, bismillah, bismillah, oh mi Señor, abre el camino, bismillah, bismillah, bismillah. Allahumma salli 'ala Sayyidina Muhammad, Allahumma salli 'ala Sayyidina Muhammad, por amor a tu Amado, oh Señor, abre el camino, bismillah".
Entonces, al hablar así, los ángeles sacarían al niño, y éste nacerá en la postura de la postración, sobre sus manos. No creemos que el recién nacido debería tener un cuchillo delante de sus ojos - es un gran crimen contra el niño, mostrarle lo primero un cuchillo. Es destructivo, pero hoy en día, nadie puede esperar el momento adecuado y los mismos padres piden la cesárea.
El día del nacimiento, la familia debe dar sadaqa. Que vengan todos los familiares y vecinos a felicitar, que traigan regalos y que ayuden a la madre y al padre. No se le debería dejar mamar al recién nacido hasta que no hayan sonado tres llamadas a la oración, es decir, hay que esperar al menos seis horas. El bebé debe oír tres veces el adhan, después, según la tradición, primero que pruebe el jugo de la granada: se le exprime un granito entre sus labios y así le corre dentro de la boca. Entonces, cuando ya han sonado las tres llamadas a la oración, la madre lo puede amamantar. Esto es como un ayuno, para forzarle a que llore. A través del llanto se desarrollan sus pulmones, y todo su cuerpo entra en acción. No está acostumbrado a la atmósfera de este mundo, y al menos hay que esperar que suene el adhan tres veces, quizás ocho o diez horas. Luego, cuando ha respirado bien, ha gritado, puede ser amamantado.

El recién nacido no necesita la leche tan rápidamente. Su sistema digestivo no está preparado. Es una de estas nuevas modas locas el poner a mamar el niño inmediatamente: no solo no sirve, sino que perjudica al niño. Primero hay que ayunar. Que los profesores mediten sobre ello y dirán que es absolutamente cierto. También hay que esperar que la leche materna venga propiamente, porque el cuerpo de la madre está agotado. Hay que ponerle el niño en los brazos y que descansen tranquilamente. En este momento, todo está revuelto, todo es inusual para los dos. Un nuevo ser ha entrado en este mundo y es importante concederles tranquilidad a los dos. Dejadle llorar al niño. Por el llanto vienen bendiciones. Llega misericordia para el niño y su madre. En el islam, todo es perfecto.

No solo la cesárea está prohibida, también es
haram poner esas inyecciones que aceleran el parto.
El séptimo día después del parto se hace el azân en el oído derecho del niño, y la iqama en el izquierdo, se recita la Sura: Qul Huwa Ahad y se dirige la palabra al niño, y se le da su nombre. Uno de sus siete nombres les vendrá al corazón a sus padres. Después pueden sacrificar a un cordero, si es una niña, y dos si es un niño, pero si los padres tienen poco dinero, también vale matar uno solo para un niño. Esta comida es compartida con familiares y amigos, y se les da a los pobres también. Es una costumbre tradicional, no romper los huesos de este cordero, y después de la comida, enterrarlos con "Bismillahirrahmanirrahim", para que los seres espirituales puedan aprovechar su parte de estos huesos.
Durante cuarenta días, hasta que se pueda purificar otra vez del todo, la madre debe de permanecer sola, es decir, que el padre no duerma con ella. Después de este período, debe tener cuidado de no dar de mamar al niño sin tener el wudú, su ablución ritual. Debe hacer wudú rápidamente y entonces puede darle el pecho al niño. Esto es para que nada vaya mal con el carácter del niño.
Cuando hay  niños que dan problemas, es a causa de que han mamado leche impura. Aunque tomen una olla llena, no les satisfará. Pero si se lavan y dicen "Bismillahirrahmanirrahim", la leche tendrá báraka, el niño quedará satisfecho y dormirá tranquilamente. 
Hasta aquí el extracto de estas palabras de Maulana Sheik Nazim.
Observaría, que por regla general, se hace el azân y la iqama en los oídos del niño inmediatamente después del nacimiento, pero Allah sabe mejor, y Maulana sabe mejor.


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