miércoles, 10 de septiembre de 2014

“La peor de las voces” (31:19)



“La peor de las voces” (31:19)
Sheij Mehmet Al-Haqqani An-Naqshbandi.
 Sohbat del 14 de agosto del 2014.



Sea la paz, la misericordia y la bendición de Allah con ustedes.



Me refugio en Allah ante el vil satán. En el nombre de Allah, El Más Misericordioso, El Más Compasivo.



Oraciones y paz sean con el Profeta Muhammad, Maestro de los primeros y los últimos. Dennos soporte, Oh Rasul'Allah, Oh distinguidos compañeros de Rasul'Allah. Dennos soporte, Oh Sheijs, Oh Mawlana Sheij Abdullah d-Daghistani. Ayúdanos, Oh Mawlana Sheij Muhammad Nazim Al-Haqanni, autorízanos. Nuestra vía es con el sermón y la bendición está en la reunión.



Debemos prestar atención a lo que hacemos, así no sea en vano. Debes recordar a Allah constantemente y vivir según Allah quiere que vivas. Si haces esto, todos tus asuntos saldrán bien, ya que con la buena complacencia de Allah, todas tus acciones serán consideradas como adoración. No dejes que tu ego te atrape, ese es tu peor enemigo.



Nuestro Maestro, el Santo Profeta, dijo: "Si amas a alguien, no lo ames demasiado. En tu amor, no te excedas revelando todos tus secretos. No le reveles todo lo que sabes a esa persona: puede que un día se torne en tu enemigo y entonces, podría hacerte mucho daño". Él dice que no dejes caer tu guarda completamente.



La mayoría de las veces, nuestro Santo Profeta no hablaba sobre ciertas cosas que planeaba; por ejemplo: si se iba a librar una batalla, él no se lo informaba a nadie. Una vez, él salió de Medina y viajó por varios días; luego, sus compañeros lo vieron girar el rumbo hacia la dirección opuesta -a nuestro Santo Profeta-. Hizo eso para que nadie arruinara su plan. Cuando muchos comparten un secreto, este se echa a perder.



Entonces, no confíes en tu propio ego y, como el ego es tu mayor enemigo, no lo sigas; y no lo cuentes todo. No confíes en tu ego, no digas "Yo estoy bien, mi ego está bien, puedo confiar en mi ego en todos los casos", porque tan pronto dejes libre a tu ego, este no podrá resistir y volverá a su estado anterior. Sheij Efendi solía contar una buena historia acerca de ese tema:



Una vez vivieron en una granja un burro, un perro, un gato y un gallo... varios animales. El dueño de la granja era medio tirano, y atormentaba a los animales. Estos se reunieron y acordaron entre ellos huir algún día. Se irían de allí para vivir por su propia cuenta -dijeron-, en otro lugar. "Hay mucha comida por todo el rededor, no tenemos que quedarnos con ese hombre". Así, todos juntos, huyeron; se fueron a la cima de una montaña lejana. Cuando el granjero notó que faltaban, pensó: "Allah, Allah... ¿a dónde se fueron? ¿Se los robaron? ¿Qué pudo haber pasado?". Mientras él buscaba, los animales ganaron mucha distancia; dejaron la granja muy atrás. Para empezar, dijeron: "No hagamos ningún ruido: si él nos oye, vendrá tras nosotros y nos llevará de vuelta". Entonces, todos se mantuvieron muy callados, pero el burro estaba acostumbrado a gritar alto, a rebuznar -como le dicen-.



La peor de todas las voces es la del burro, dice el Santo Corán; se parece a la voz de los mushrikin/incrédulos, quienes levantan la voz a menudo creando agitación. Una vez que empiece a rebuznar, podrás oírlo a 10 kilómetros de distancia. Pensarás que tiene algo muy importante qué decir, pero es totalmente irrelevante.



Entonces, ellos avanzaron. El burro dijo, "Quiero rebuznar solo un poco". "Oh no", dijeron ellos. "Si empiezas, él nos encontrará de inmediato, ¡no lo hagas!". Entonces, él restringió su ego. Continuaron el viaje un rato más, pasaron varias cumbres más y el burro dijo: "Ya no me puedo aguantar, tengo que rebuznar". Tras mucho ruego y a duras penas, lograron tranquilizar al burro. Avanzaron un rato más, pero el burro no ya podía soportar. Dijo: "¡Ya no puedo más!" y comenzó a rebuznar a todo pulmón, como para que retumbaran las colinas y montañas. El hombre lo escuchó de una vez, fue tras ellos, los atrapó y se los llevó.



Así mismo, la mayoría de la gente no puede resistirse al ego. Oran una vez o dos, ayunan un poco y luego dicen: "Estoy arrepentido". Luego, dicen "Hagamos solo un poquito más", y caen nuevamente en su estado anterior. Deben tener cuidado de no confiar en sus egos. Al ego siempre le gusta rebuznar, le gustan sus malos hábitos. Entonces, no debes ser muy indulgente con el ego, porque nunca podrás confiar en él. Sé cauto.





Hoy hablamos sobre nuestro ego. El ego es tu enemigo, pero puedes entrenarlo para que sea tu siervo.



El Profeta -oraciones y paz sean con él- nos dijo que seamos cautos al amar a alguien -a alguien normal, claro está, no a los amados siervos de Allah-. Entre amigos que se aman, se cuentan todo, todos los secretos, ¡todo! - Exceso en el amor. El Profeta -oraciones y paz sean con él- dijo que no seamos así, sino moderados. Si odias a alguien, tampoco debes odiarlo con exceso... El Profeta -oraciones y paz sean con él- dijo: "Puede que tu amigo se torne en tu contra y si lo sabe todo de ti, te hará más daño que tu enemigo". Y sobre los enemigos: "Puede que tu mayor enemigo torne a ser tu amigo, entonces lamentarás todo lo malo que le has hecho".



Debes ser cauteloso, no contar tus secretos a todos. Y lo que quieres hacer solo tú debes saberlo, porque si lo exteriorizas, si deja de ser un secreto, la voz se corre rápidamente. El Profeta -oraciones y paz sean con él-, cuando pretendía batallar o ir a algún lugar, no se lo informaba a sus compañeros, solo decía "Prepárense, nos vamos" y tras alejarse 3 o 10 millas de Medina, tomaba el rumbo opuesto, dirigiéndose a donde quería ir. Esa es una enseñanza para nosotros.



Debes tener cuidado, especialmente con tu ego. No te hagas muy amigo de él, no le ofrezcas tanto tus secretos. Así debe ser siempre, porque el ego, como decía Mawlana en un cuento muy chistoso, es como el burro:



Una vez había una granja con muchos animales, pero los que más resaltaban eran el burro, el perro, la cabra... animales como esos. El granjero era muy duro con ellos, por lo que dijeron: "Este hombre es insoportable, tenemos que huir de aquí. Allá afuera hay hierba, hay de todo para comer; no necesitamos estar con este hombre que nos fatiga y nos golpea". Así acordaron huir. Huyeron todos juntos, pero se advirtieron: "Ese hombre sabrá dónde estamos si hacemos ruido; no hagamos ruido". Todos dijeron que sí.



Ya estaban muy lejos de la granja cuando el granjero comenzó a buscarlos. Sin oírlos, no podía encontrarlos. Después de varias millas, el burro quería empezar a rebuznar a todo dar. Dijo: "Tengo que rebuznar", pero el resto de los animales le pidió que no lo hiciera, para que el hombre no los hallara.



En el Corán, Allah dice: "La peor voz es la del burro". No solo es ruidosa, sino desagradable y portadora de cosas malas. Es como los incrédulos: vociferan, pero nada bueno sale de ellos.



El burro dijo: "Está bien, ya estoy contento, ya no necesito hacerlo". Al poco rato -quizás pasaron 3 o 4 horas-, el burro dijo otra vez: "Tengo que rebuznar y gritar" y ellos dijeron: "¡No, por favor, recuerda!". "Está bien". Pero a las 2 horas el burro dijo "Ya no me aguanto más" y dio la voz más alta; la montaña tembló, sonó un eco. El granjero llegó rápidamente y los llevó a donde estaban.



Mucha gente puede... una, dos, tres veces pueden refrenar sus egos. Después hacen un poquito de esto, un poquito de lo otro y... ¡zás! Otra vez. Después se arrepienten. Y después vuelven a decir "Quiero hacer tal cosa", y así sucesivamente. Debemos ser cautos de no darle ese chance a nuestros egos. Debes alejarte de este dunya/mundo, del bajo ego y de satán. Para alejarte de eso, ve a un bonito lugar, insha'Allah. Cuando te alejes de ese zalim/opresor, de ese granjero... así es satán: siempre está oprimiendo a la gente. Mas, si te liberas de él, serás feliz, insha'Allah.



Wa min Allahi at-Tawfiq. Al-Fatiha.





Enlace al vídeo:

No hay comentarios:

Publicar un comentario